Ambientalistas alertan que fuerza de la naturaleza se acrecentará en caso de que se continúe deteriorando el medio ambiente.
Rafael Meléndez Terán
Minatitlán, Ver.
Los impactos climáticos atípicos que se han presentado en la región sur, como las trombas en Soteapan y las granizadas en la zona rural de Minatitlán son solo el resultado del daño que el hombre está haciendo a la naturaleza.
Juan Manuel Quintero Soto, director de Limbo Ambientalistas Comprometidos Asociación Civil de Coatzacoalcos, alertó que estos efectos continuarán y, quizás con mayor fuerza, en caso de que se continúe deteriorando el medio ambiente.
En el caso de Minatitlán afirmó que este hecho es visible en las márgenes de los ríos, en donde la vegetación riparia está devastada, y aunque han tratado de detener la erosión con planchas de concreto, éstas son llevadas por la corriente porque no hay flora acuática.
“El problemas principal es que no se ha aplicado el ordenamiento ecológico y el crecimiento poblacional obliga a que haya más consumismo y hay una gran afectación al medio ambiente”, alertó.
Dijo que la mayor problemática en el campo es la deforestación, mientras que en la ciudad las descargas residuales y tiraderos municipales cuyos lixiviados van a dar al río por nuestros malos hábitos de consumo, informando que un ciudadano promedio produce 1.5 kilos de basura diarios.
Afirmó que la industria es perjudicial pero es más grave la contaminación hormiga, es decir la que genera la población en general, aunque la solución del problema está al alcance de todos y es la conciencia ecológica.
Reiteró que esas trombas presentadas en forma atípica y el calentamiento global están directamente relacionadas con nuestras acciones, “en el campo quemas la basura, antes se quemaba la hojarasca, pero ahora va plástico, pilas y se generan gases de efecto invernadero”.
El ganado también genera un cambio de uso de suelo, ya que donde antes había selva ahora se generan gases y contaminantes induciendo en gran medida al calentamiento global.
La organización trabajamos en la actualización de un Atlas de Riesgo Ambiental, que incluye descargas de aguas residuales, industriales y domésticas, la localización de población en asentamientos irregulares, el mal uso de letrinas, entre otras prácticas que van en detrimento de la conservación ambiental.