- Basta con que Washington cierre la llave para que el país colapse en apagones, caos social y parálisis industrial
AGENCIAS
CIUDAD DE MÉXICO
A medida que la tensión entre México y EU escala por aranceles, migración y seguridad, un factor mucho más explosivo se asoma en silencio: el gas natural.
Un artículo reveló que la dependencia energética de México no solo es crítica, sino suicida: basta con que Washington cierre la llave para que el país colapse en apagones, caos social y parálisis industrial.
México importa más del 70 % del gas natural que consume, la mayoría proveniente de Texas, y lo usa para generar el 60 % de su electricidad. Esa vulnerabilidad, según expertos citados por el diario, es tan crítica que bastaría con cerrar la llave durante unos días para colapsar la red eléctrica nacional y provocar apagones masivos, caos urbano y una drástica afectación a la industria manufacturera.
Aunque hasta ahora el presidente Donald Trump no ha amenazado directamente con interrumpir el suministro, su historial reciente, como la negativa a entregar agua del río Colorado a Tijuana o las acusaciones contra México por “robar” agua a agricultores texanos, ha encendido las alarmas en la administración de Claudia Sheinbaum.
El artículo cita a Juan Roberto Lozano, funcionario del Centro Nacional de Control de Energía, quien calificó al gas importado como “el elefante en la sala” de la política energética nacional.
Y no es para menos: México no cuenta con gasoductos hacia ningún otro país, y sus reservas internas, explotables con tecnologías no convencionales, están aún muy lejos de ser viables.
A pesar de los esfuerzos anunciados por Sheinbaum para aumentar la producción nacional, de 3.8 a 5 millones de pies cúbicos diarios hacia 2030, expertos sostienen que el país no está en condiciones de sustituir el suministro estadounidense en caso de una crisis.
El precedente más preocupante fue la tormenta invernal Uri, en 2021. Entonces, Texas ordenó detener temporalmente las exportaciones de gas y los flujos hacia México se desplomaron un 90 %, lo que dejó sin luz a más de cinco millones de hogares en 26 estados mexicanos.