6 de Octubre de 2024

DEVASTADOR INCENDIO EN NOTRE DAME

 

Los bomberos aseguran que la estructura de Notre Dame "está a salvo y preservada en su conjunto". El fuego derrumba la aguja del templo, donde se acometían unas obras en las que supuestamente se originó el siniestro. El presidente Macron promete la reconstrucción de la iglesia.

 

El País
París, Francia


Era el final de un día despejado, la hora que los parisinos regresan a casa tras la jornada laboral o se agolpaban en los cafés, y los turistas disfrutaban de la primavera de París, cuando estalló un incendio que quedará grabado en la historia gloriosa y trágica de esta ciudad. El fuego ha devastado la catedral de Notre Dame, símbolo de esta capital francesa, Patrimonio Mundial de la Unesco y uno de los monumentos más visitados en el mundo. La aguja y el techo se han derrumbado. Los bomberos de París tratan de evitar que el fuego devore el edificio por completo. Se temía el desastre total. Pero hacia las 11 de la noche, los bomberos han asegurado que la estructura parece a salvo, y esperan evitar al menos la destrucción total.
El incendio se declaró a las 18:50. El origen, según las primeras informaciones oficiales, se encuentra en las obras de renovación que realizaban en el viejo templo gótico. Los turistas de la zona fueron desalojados. Los obreros que trabajan en la renovación del edificio estaban ausentes en aquel momento. La Fiscalía de París ha abierto una investigación para determinar las causas del siniestro. La aparente ausencia de víctimas es la única buena noticia de esta noche de fuego y cenizas en la isla de la Cité, en el Sena, en el mismo centro de la ciudad, el lugar al que ningún visitante de la ciudad puede faltar, punto de encuentro entre las dos riberas de París, kilómetro cero de Francia, epicentro de una ciudad vibrante golpeada en años recientes por atentados sangrientos, pero nunca por una destrucción del patrimonio que puede recordar a los incendios de los teatros del Liceo en Barcelona o la Fenice en Venecia.

Los hombres y mujeres que paseaban por las calles y millones de personas en todo el mundo asisten alucinados por televisión o en sus ordenadores o teléfonos móviles a la destrucción del edificio más conocido de la ciudad junto a la Torre Eiffel, nueve siglos de piedras bajo las llamas inesperadas que todo lo devoran y que dejarán una herida que tardará en repararse.

“Todo está ardiendo. De la estructura, que data del siglo XIX por un lado y del XIII por otro, no quedará nada”, ha señalado a la agencia France Presse André Finot, portavoz de Notre Dame. “Está ardiendo un gran lugar de la fe católico”, dijo un portavoz del arzobispado. “Mis colegas intentarán entrar dentro pero el objetivo es no perder hombres”, dijo un bombero, citado por el mismo medio.

Cuando la aguja de Notre Dame se ha derrumbado, cerca de una hora después de que saltasen las primeras llamas y una humareda visible desde buena parte de la ciudad, lo que se hundió fue más que una vieja iglesia gótica. Construida entre los siglos XII y XIV, emblema del catolicismo francés, inmortalizada por Victor Hugo en la novela Nuestra Señora de París y atracción turística que recibía unos 14 millones de visitantes anuales, en la catedral se resumía una parte de la historia de París y Francia. Hacia las 21.00, se veían llamas en una de las dos torres.
Era lo más arcaico que quedaba hecho cenizas y, a la vez, ante las miradas de todo el planeta, que ha seguido segundo a segundo el incendio como un espectáculo siniestro en tiempo real, una versión actualizada —y, por fortuna, sin la devastación humana— que los ataques terroristas de 2001 en Nueva York. Tres horas después de declararse el incendio, unos 400 bomberos seguían intentando apagarlo, con la dificultad añadida de que la altura de las llamas hace difícil que las alcance el agua de las mangueras. La isla de la Cité ha sido parcialmente evacuada.
Sin embargo los bomberos han informado al filo de las once de la noche de París, que la estructura de Notre Dame "está a salvo y preservada en su conjunto", una información que tranquiliza a toda Francia, ya que tanto los bomberos como el gobierno francés llegaron a dudar de que el edificio se pudiera salvar.
A pie de la catedral, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha prometido la reconstrucción. La intención es "reconstruir Notre Dame todos juntos", y consideró que, gracias a la labor de los bomberos, "se ha evitado lo peor", aunque recordó que "la batalla todavía no ha terminado".

"Lo peor se ha evitado, aunque la batalla todavía no se ha ganado totalmente. Las próximas horas serán difíciles, pero gracias a su coraje (de los bomberos) la fachada y las dos torres principales no se han caído", dijo Macron en una declaración a la prensa.

 

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LA CATEDRAL QUE EN SUS MUROS
GUARDA LA HISTORIA DE PARÍS
Durante la Comuna de París, en 1871, cuando los revolucionarios se supieron derrotados se dedicaron a quemar todos los edificios públicos que encontraron a su paso, con especial preferencia por las iglesias. Sin embargo, Notre Dame, la catedral que ocupa el centro geográfico de la capital francesa, se salvó de la furia popular (se quemaron unos pocos bancos y el fuego se extinguió sin mayores daños), al igual que había conseguido sobrevivir a la iconoclastia de la Revolución Francesa un siglo antes. Este edificio, que comenzó a construirse en el siglo XII, en pleno apogeo del gótico, y se acabó en el XIX, es uno de los símbolos más poderosos de Francia, pero también de Europa.

Su fachada con sus dos torres gemelas, la aguja que se quemó este lunes por la tarde, construida en el siglo XIX por Eugène Viollet-le-Duc y sus gárgolas o sus pórticos la convirtieron con el paso de los siglos en mucho más que un monumento de piedra y madera: Notre Dame es una construcción tan imaginaria como real. Por eso el incendio ha provocado una conmoción colectiva: todos los caminos de Francia se cruzan bajo sus arcos, todos los recuerdos, los sueños y las fracturas de una nación.

No es una casualidad que el aspecto actual del monumento se forjase durante el siglo XIX, durante la gran reforma de Viollet-le-Duc, en su momento muy controvertida pero que ahora, como la Torre Eiffel, le dio el aspecto que forma parte del paisaje de París. Fue el siglo en el que se crearon los mitos colectivos sobre los que han crecido las naciones europeas y el neogótico formó parte de ellos. También en ese mismo siglo Victor Hugo escribió la novela que marcaría la catedral para siempre: Nuestra Señora de París (conocida como El jorobado de Notre Dame en sus múltiples versiones de Hollywood), la historia de Quasimodo y Esmeralda, que reconstruía con muchas libertades el París del siglo XV. De nuevo el espacio imaginario resulta mucho más importante que el real. Al contemplar las gárgolas, muchas de ellas también construidas en aquella época, es imposible no pensar en los personajes de Hugo.

“Es un símbolo de París, es mucho más que una catedral”, explica el catedrático de Historia Medieval de la Universidad Autónoma de Barcelona, José Enrique Ruiz-Domènech, uno de los grandes medievalistas europeos. Mientras transcurre la conversación por teléfono no para de recibir imágenes en su móvil de amigos parisinos, que no creen que algo así pueda suceder. Ruiz-Domènech, que ha sido muchos años profesor en París, tampoco piensa que pueda ser real. “El gótico es el único arte que logró ocupar todo el espacio europeo. Es un emblema de la construcción europea, de la razón”, señala el autor de Europa. Las claves de su historia.

La Iglesia tuvo un papel esencial en la historia de la música, por su papel en la implantación de la polifonía, allí se coronó Napoleón I y se celebraron los funerales de Estado de presidentes como De Gaulle, Pompidou o Mitterrand y de las víctimas de los atentados del 13 de noviembre de 2016. Fue el lugar escogido para celebrar una misa con motivo de la liberación de París, el 26 de agosto de 1944, tal vez el momento más importante de la historia contemporánea de Francia. Es, naturalmente, Patrimonio Mundial de la Unesco. París nació en una isla, cuyo centro ocupa Notre Dame, y creció desde allí. No importa lo que haya crecido la ciudad: nunca ha cedido su papel central, y no solo para los visitantes.

Resulta imposible contar el número de películas en las que aparece, tantas que es casi un tópico. Ha logrado resistir a la Comuna, a las películas de Disney, al kitsch decimonónico, a las visitas de cerca de 13 millones de turistas, y resistirá a los estragos del incendio que la devoró una tarde de Pascua ante el espanto y la incredulidad de todos aquellos que alguna vez se pasearon por su explanada y bajo sus bóvedas.

 

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UN POCO DE HISTORIA


La catedral de Nuestra Señora (en francés, Cathédrale Notre-Dame) es una catedral de culto católico, sede de la archidiócesis de París, la capital de Francia. Dedicada a María, madre de Jesucristo, se sitúa en la pequeña isla de la Cité, rodeada por las aguas del río Sena. Es uno de los monumentos más populares de la capital francesa.

Su edificación comenzó en el año 1163 y, para 1260, ya estaba completada en su mayor parte, aunque se terminó en el año 1345 y se modificó de manera frecuente a lo largo de los siglos siguientes.


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