Agencias
Nueva York
“Creo que, dadas las circunstancias, la mejor manera en que puedo ayudar ahora es si me hago a un lado”, afirmó ayer el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, en un discurso en el cual anunció su renuncia “efectiva en 14 días”, tras una serie de acusaciones de acoso sexual, un año después de ser aclamado a nivel nacional por su liderazgo en los días más oscuros de la pandemia.
Recalcó que decidió dimitir porque una lucha por su destitución “consumiría al gobierno”, costaría millones de dólares a los contribuyentes y “confundiría a la gente”.
“Mi instinto es luchar en esta controversia porque realmente creo que tiene una motivación política, pero ahora el gobierno realmente necesita funcionar y gastar energía en distracciones es lo último que debería hacer”, añadió.
La vicegobernadora Kathy Hochul, quien lo relevará en el cargo al frente de esta entidad de más de 19 millones de habitantes, como establece la Constitución de Nueva York, expresó que la renuncia de Cuomo era “lo correcto y lo más conveniente”. Será la primera mujer en ocupar el puesto.
En la Casa Blanca, Biden declaró: “respeto la decisión del gobernador, quien ha hecho un gran trabajo en cuanto a infraestructura y el derecho al voto, y por eso es tan triste”.
La dimisión constituye una estrepitosa caída para un hombre a quien se llegó a considerar aspirante a la presidencia de Estados Unidos. Su renuncia lo libró de un proceso de destitución en la asamblea legislativa estatal, pero aún puede ser sujeto a procesos penales.