Agencias
Washington
Gastar menos en comida. Echar mano de los ahorros para la jubilación. Quedar por completo fuera del mercado laboral.
El año pasado, Estados Unidos expandió masivamente su auxilio de desempleo cuando el Covid estalló.
Sin embargo, en los próximos días esos beneficios terminarán, forzando a millones de estadunidenses desempleados, algunos de los cuales no han trabajado durante toda la pandemia, a tomar decisiones difíciles sobre cómo arreglárselas en una economía ahora amenazada por la variante delta.
"No tengo idea de cómo sobreviviremos solo con los ingresos de mi hija", advirtió Deborah Lee, una flebotomista desempleada en Arizona que se está recuperando de un brote de Covid que ha afectado a su hija y a dos de sus tres nietas.
A los programas de ayuda financiados por el gobierno, que incrementaron los pagos semanales y auxiliaron a los desempleados y trabajadores independientes, se les atribuyó que Estados Unidos no cayera en una peor crisis económica el año pasado.
Pero en meses recientes han levantado controversia pues algunos estados los han cancelado prematuramente y afirman que animaron a la gente a no regresar a empleos que ya son seguros para personas vacunadas, aunque hay estudios que rebaten esa afirmación.
Desde el seis de septiembre los auxilios terminarán en todo el país, y aunque los economistas no esperan que afecte significativamente la recuperación estadunidense tras la debacle de 2020, el cambio indudablemente aumentará la presión sobre los desempleados.
"Creo que va a ser un hecho subestimado en la economía", aseguró Andrew Stettner del centro de análisis progresista The Century Foundation, que también predijo que 7,5 millones de personas dependerán de los programas cuando estos terminen.
"Será una especie de crisis silenciosa".
"Me siento arruinada"
La expansión de la red de seguridad para desempleados ocurrió en marzo de 2020, cuando el Congreso se apresuró para mitigar la emergencia por la pandemia con 2,2 billones de dólares en gastos a través del paquete de rescate de la Ley CARES.
Aunque nunca pretendieron ser permanentes, los beneficios fueron reautorizados dos veces, más recientemente el pasado marzo con el Plan de Rescate promulgado por el presidente Joe Biden y sus aliados demócratas en el Congreso.
A pesar de que muchos en el Partido Republicano inicialmente respaldaron los programas, para este año sus legisladores estuvieron discutiéndolo y 26 estados, la mayoría con gobernadores republicanos, decidieron terminarlos total o parcialmente.
Un estudio publicado el mes pasado por investigadores de universidades en Estados Unidos y Canadá encontró apenas modestas mejoras en contrataciones y salarios en algunos de esos estados que terminaron el auxilio prematuramente, mientras el consumo cayó un 20 por ciento.
Mientras tanto la economía está lejos de sanar: 5,3 millones de puestos de trabajo perdidos por la pandemia aún no se han recuperado y los empleadores apenas crearon 235 mil empleos en agosto, de acuerdo con datos que el gobierno publicó este viernes.