11 de Octubre de 2024

Pide AMLO perdón a pueblos yaquis

  • Por injusticias durante el porfiriato

Agencias

México

A nombre del Estado mexicano, el Presidente Andrés Manuel López Obrador pidió perdón a los pueblos yaquis por la marginación, abusos e injusticias, cometidos desde el porfiriato. Sostuvo que ese régimen ha quedado atrás y ahora se reparará, en la medida de los posible, el daño, a partir de un programa integral en el que se destaca la restitución de hasta 20 mil hectáreas, garantizar el derecho al agua y un plan de bienestar social.

Desde Vícam Pueblo, en Sonora, y frente a representantes y gobernantes de los grupos originarios del país, así como integrantes de su gabinete, el mandatario definió las acciones que deberán estar listas a más tardar en diciembre de 2023. Prometió ir a la región yaqui cada dos o tres meses para garantizar su cumplimiento.

Aquí el discurso de López Obrador el cual escucharon también invitados especiales vinculados con el trabajo con los grupos indígenas.

Durante los 34 años del porfiriato, de 1876 a 1911, las comunidades indígenas padecieron la más brutal represión que se haya registrado en la historia de México.

En casi todo el periodo porfirista, el ejército asesinó a indígenas que defendían sus tierras comunales y se negaban a convertirse en peones de minas o de haciendas.

En 1895, Porfirio Díaz mandó desalojar a los totonacas de sus comunidades cercanas a Papantla, Veracruz, con la intención de hacer valer una adjudicación de supuestos terrenos nacionales a favor de su suegro, Manuel Romero Rubio.

Este infame operativo consistió en el envío de soldados de línea que según John Turner, mataron a unos 400 indígenas incluyendo mujeres y niños.

Así o más terrible fue la represión que sufrieron los rarámuris en Chihuahua en 1891 y 1892, al ser despojados de sus tierras.

De igual manera, durante muchos años, se mantuvo una cruel guerra de exterminio contra los mayas de la Península de Yucatán y los yaquis, mayos y seris en Sonora, con justificaciones racistas todos fueron tratados con brutalidad; para las élites porfiristas de entonces, los pueblos indígenas simplemente significaban un obstáculo que impedía la modernización del país.

El hacerles justicia a los yaquis, comentó un veterano de esa guerra, perjudicaba el progreso material de la nación cometiendo una injusticia, decía, se favorecía el progreso y el gobierno optó por lo segundo, es decir, por el progreso sin justicia.

“Los pueblos originarios fueron considerados enemigos a los que había que someter o destruir, en cada uno de sus informes en ese entonces semestrales, Porfirio Díaz rendía cuentas, sin recato alguno, de ese deplorable propósito.

Por ejemplo, en abril y septiembre de 1900 habla de la rebelión de los yaquis mayos y mayas y expresa: que han sido redobladas las medidas militares.

El diputado Justino Fernández, que contesta el informe de ese año, asegura que pronto terminará ‘la insensata rebelión indígena dada la severa represión que se le ha aplicado’.

En 1901, prosigió, Porfirio informó que estaba a punto de aplastar la rebelión de los mayas de Yucatán; al año siguiente los considera ‘sin iniciativa para combatir’ y los tacha de grupos errantes que resisten en la selva sin someterse.

En 1903 informa que estado de Campeche,donde también se habían rebelado los mayas, estaba prácticamente en paz, “esa paz de los sepulcros, la paz de la represión”, añadió el Presidente López Obrador .


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