16 de Julio de 2025

Vivienda usada vs nueva: contienda por un hogar

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Antes de tomar una decisión tan importante, hay que revisar diferentes aspectos para no arrepentirse después y, sobre todo, para evitar caer en estafas.

El Universal
CIUDAD DE MÉXICO

A todos nos gusta estrenar, sobre todo cuando se trata de algo tan importante como una casa. Sin embargo, existen distintos factores que pueden obstaculizar ese sueño, desde el alza de precios de los materiales de construcción (que impacta de manera directa en el valor de los inmuebles) hasta la limitada oferta de propiedades nuevas.

Es por ello que la vivienda usada se propone como una alternativa para tener un hogar propio, construir un patrimonio e, incluso, apostar por ella como inversión. Con las remodelaciones adecuadas, se le puede dar una segunda vida a cualquier inmueble y hacerlo parecer como si fuera nuevo.

Antes de tomar una decisión tan importante, hay que revisar diferentes aspectos para no arrepentirse después y, sobre todo, para evitar caer en estafas. Estos factores contemplan tanto el estado físico de la propiedad como su situación legal, es decir, la documentación que toda vivienda regulada debe tener.

Una opción conveniente

A primera impresión, un inmueble nuevo tiene características superiores que ofrecer en comparación con uno de segunda mano. No obstante, este último brinda algunos beneficios que se adaptan mejor a las necesidades de los usuarios y les permiten vivir de manera más confortable. "Las dos principales ventajas de la vivienda usada son su tamaño y su precio. Este tipo de casas y departamentos cuentan con superficies más amplias en relación con los inmuebles modernos, que están construidos para reducir el espacio personal y promover los espacios comunitarios.

"Asimismo, con el alza de los materiales de construcción, cada vez es más complicado adquirir una propiedad nueva, de grandes dimensiones y con amenidades modernas. Realmente, se ha convertido en un lujo", apunta Karim Goudiaby, director general de la plataforma inmobiliaria Neximo.

De acuerdo con expertos, los inmuebles usados pueden costar hasta un 30% menos que uno nuevo, debido al desgaste normal que va teniendo la construcción. Esto no significa, sin embargo, que la propiedad no cuente con las condiciones necesarias de habitabilidad y seguridad. "El aumento de las tasas de interés, de la cadena de suministro, la inflación, el contexto económico, así como la poca construcción que existe en el mercado en relación con la demanda, ha generado que la vivienda usada sea más competitiva", dice el especialista. No obstante, su precio se ha incrementado debido a la escasez de unidades nuevas.

Todos los aspectos cuentan

De acuerdo con el Reporte de Bienes Raíces en México 2022, publicado por la plataforma digital Lamudi, 34 por ciento de los usuarios finales consideran la ubicación como un factor decisivo antes de comprar o rentar una casa o departamento, incluso más importante que su precio (27 por ciento).

Un buen número de inmuebles de segunda mano suele estar localizado dentro de las grandes ciudades. Si bien pueden no encontrarse en las colonias con mayor demanda en la urbe, se ubican en zonas aledañas que permiten desplazarse con facilidad hacia otros puntos, pues están bien conectadas mediante vías de acceso y transporte público.

Otra ventaja que debe considerarse es que este tipo de propiedades son de entrega inmediata. "Por lo general, pueden habitarse en el momento que se compran, contrario a las preventas inmobiliarias, cuyos plazos pueden extenderse a dos o tres años para estrenarse. Además, la oferta de vivienda usada es superior que la nueva; por lo tanto, se tiene un mayor espectro para elegir lo que mejor se ajuste a los gustos o necesidades de los usuarios", menciona Benjamín Labra, cofundador y director general de la proptech de origen chileno Houm. La resistencia de los inmuebles ‘viejos’ se vuelve otra característica atractiva al momento de adquirir una casa o departamento. Muchas de estas unidades se mantienen intactas aun con el paso de los años, además de que han soportado eventos adversos como temblores o tormentas. Y es que los habitantes buscan, a toda costa, que su próximo hogar sea seguro.

Papelitos (en regla) hablan

Al comprar tanto una vivienda nueva como una usada deben revisarse todos los aspectos relacionados con su edificación y legalidad para evitar caer en estafas, así como para no tener que desembolsar más de la cuenta para resolver problemas que impidan el uso de la misma.

"Siempre hay que verificar el estado físico del inmueble, tanto de manera personal como a través de estudios especializados", recomienda Raúl Pacheco, director de operaciones de la compañía inmobiliaria Flat. Mediante un avalúo inmobiliario, es posible conocer las condiciones actuales de la construcción y los componentes de la propiedad.

Más allá de determinar su antigüedad, este procedimiento sirve para saber cuántos años de vida útil le quedan a la vivienda en cuestión, así como si será necesario llevar a cabo modificaciones para poder habitarlo. Aun cuando el precio del avalúo varía, por lo general se ubica entre el uno y tres por ciento del valor del inmueble. El segundo aspecto en que todo comprador debe centrar su atención es en la legalidad de la casa o departamento. "La vivienda debe contar con la documentación completa: estar inscrita en el Registro Público de la Propiedad, que quien lleve a cabo la operación sea el dueño o tenga el poder para hacerlo, además de estar libre de gravámenes, litigio o herencia", advierte Benjamín Labra.

La escritura debe revisarse detenidamente para comprobar que la dirección, superficie, medidas e, incluso, el cajón de estacionamiento correspondan al inmueble que se va a adquirir, sin importar si es usado o nuevo. Especialistas sugieren revisar también el estado de las cuentas de servicio como predial, agua, luz y gas.

Un porcentaje considerable de la vivienda usada no se encuentra regularizada, lo que aumenta las probabilidades de caer en engaños y reduce la posibilidad de acceder a un crédito hipotecario. Lo recomendable es acercarse a un abogado, compañía o asesor inmobiliario para corroborar que la propiedad cumpla con todos los lineamientos legales.

A la medida del comprador

Cuando se compra una vivienda usada hasta el más pequeño detalle cuenta. Además de su estado físico y documentación, se deben considerar otros factores a los que pocas veces se les da importancia, como cerciorarse de que ésta no se ubique en una zona de riesgo, expuesta a inundaciones u otros fenómenos climáticos. "Es importante que las características físicas de la casa o departamento se adecuen al estilo de vida del comprador. Por ejemplo, si cuenta con estacionamiento o el entorno es silencioso. Visitar la propiedad en distintas horas del día ayuda a darse una idea de la iluminación o ventilación, así como el acceso desde las vías principales", sugiere Pacheco.

Las amenidades, asimismo, se convierten en un aspecto decisivo para incentivar la compra. Si bien los inmuebles con mayor antigüedad suelen carecer de los extras que hoy en día se ofrecen, hay distintas unidades con pocos años de vida que sí cuentan con servicios como gimnasio, terraza, balcones o áreas verdes.

Cuando se trata de departamentos, principalmente, hay que investigar acerca de las cuotas de mantenimiento por conceptos de seguridad, reparaciones o amenidades, ya que esto puede golpear el bolsillo mes a mes, sobre todo si se trata de inmuebles de lujo o en colonias de alta demanda.

"En el caso de las propiedades en condominio, también se deben conocer los reportes de la asamblea para entender los proyectos de infraestructura, pues como propietarios corresponde dar aportaciones. Son detalles que pocas veces se toman en cuenta, pero son significativos", indica el director general de Neximo.

Se vale una ‘manita’ de gato

El paso del tiempo y el uso cotidiano de los espacios causan estragos en el estado de las viviendas. No obstante, siempre y cuando el inmueble no tenga daños en su estructura, se pueden llevar a cabo diferentes modificaciones para darle una segunda vida y que quede casi como nuevo.

Lo primero a realizar es una limpieza profunda. Hay que trapear pisos, lavar paredes y baños, así como limpiar puertas, ventanas y clósets, antes de pensar en cualquier remodelación. En caso de contar con jardín o terraza, también se deben asear estas áreas.

Posteriormente, es importante revisar las instalaciones de luz, agua y gas para comprobar que todo funcione correctamente o, de ser necesario, solicitar ayuda de un experto para realizar cambios, con el fin de poder disfrutar del espacio sin exponerse a riesgos. De igual manera, debe considerarse el reemplazo de pisos, puertas, ventanas o luminarias en mal estado. Una vez cubiertos estos aspectos, se puede proceder con la decoración de la vivienda, la cual contempla desde pintura en los muros hasta la colocación de tapetes, cortinas, muebles y objetos de ornamentación.

Hay que tomar en cuenta que entre mejor estado tenga la vivienda, menos cambios se necesitarán y, por ende, se desembolsará una menor cantidad de dinero.

Las razones para elegir una vivienda usada varían de un usuario a otro. Sin embargo, ésta puede ser una opción atractiva ya sea por su precio, tamaño, ubicación u oferta en el mercado. La decisión dependerá de las preferencias y necesidades que cada comprador tenga al momento de buscar su ‘nuevo’ hogar.


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