Aunque Veracruz ya cuenta con infraestructura lista para recibir a más empresas, también deberá pensar en ampliarla y en que se distribuya a lo largo y ancho de todo el país.
El Universal
CIUDAD DE MÉXICO
El nearshoring significa básicamente mudar fábricas y empresas desde su país de origen a otro más cercano a su mercado target con el fin de, entre otras cosas, reducir costos y tener una cadena de suministros más robusta.
Es por ello que México es ideal para esto gracias a su cercanía con Estados Unidos, pero también por factores como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC); su modelo industrial; su rumbo económico; su mano de obra más accesible y, especialmente por algo que puede aprovechar muy bien todas las firmas interesadas: su infraestructura.
"México ya tiene toda la infraestructura para aprovechar esta oportunidad porque hemos estado invirtiendo en ella durante los últimos 25 o 30 años, como carreteras, logística, instalaciones, capacidad de producción o energía eléctrica. Por eso podemos aprovechar el nearshoring desde el día uno", asegura Jorge Pigeon, vicepresidente de Mercados de Capital y Relaciones con Inversionistas de Fibra UNO (FUNO).
Aunque será necesario invertir en infraestructuras como puertos de mayor calado, mejores carreteras y más energías limpias, Pigeon confía en que se trata de una oportunidad para que México crezca los próximos 20 años. "Entre más rápido lo hagamos, más capturaremos de esa oportunidad", recalca.
Revela que FUNO lleva más de dos décadas comprando terrenos, preparándolos para un posible crecimiento de logística y ya ha desarrollado parques como el Parque Industrial T-MEC por lo que las empresas interesadas en llegar a México ya cuentan desde ahora con esa infraestructura.
"La oportunidad de crecimiento la tenemos porque tenemos la tierra ya lista, así como permisos, energía, etcétera. Hay competidores que quizá deben ir a comprar tierra hoy, hacer trámites y regularizara, y eso les va a tomar algunos años. Nosotros sí estamos listos", reitera.
De acuerdo con estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las oportunidades de nearshoring en el mediano plazo para la región de LATAM es de 78 mil millones de dólares durante 2023 en nuevas exportaciones de productos y servicios, dónde México estaría llevándose 35 mil millones de dólares.
En ese escenario, el fondo inmobiliario Meor apuesta por la construcción de más parques industriales en México que satisfagan la demanda de espacios por parte de las empresas, y ahora tiene entre sus planes el inicio de dos nuevas obras además de continuar con el desarrollo de dos parques de la marca Hubspark en Ciudad Juárez y uno más en Tijuana, mismos que iniciaron su construcción en 2022 y planea entregar en 2024 y 2025.
"Las condiciones de recuperación económica, el contexto geopolítico y la geolocalización de empresas cercanas a Estados Unidos generan la tormenta perfecta, por lo que es importante montarse en el barco del nearshoring, invertir, trabajar y entregar naves industriales en tiempo récord para satisfacer la demanda de las empresas", afirma Javier Camarena, director general de Meor.
Mejorar lo que ya se tiene
Aunque México ya cuenta con infraestructura lista para recibir a más empresas, también deberá pensar en ampliarla y en que se distribuya a lo largo y ancho de todo el país.
"Requerimos caminos, carreteras, puertos, aeropuertos, trenes y medios de comunicación en general para hacer que la logística de transportación sea más eficiente, pero en México, desafortunadamente, hemos estado rezagados desde hace mucho tiempo en ese rubro", señala Carlos Pantoja, socio líder de Industria de Infraestructura para EY México.
Indica que existe la posibilidad de que el nearshoring genere un desbordamiento de inversión y que el país no tenga listo todo lo que se requerirá, por lo que será necesario contar con un plan gradual que contemple el desarrollo de infraestructura conforme la inversión "aterrice" en México.
"Hay que pensar que la infraestructura no debe estar concentrada solamente en lugares como el norte del país o en el Bajío, por lo que se necesita una política nacional que establezca guías y lineamientos para pensar, por ejemplo, en zonas como el sur del país, el cual siempre ha estado rezagado", menciona.
Para lograr esto, ya hay proyectos como el tren transístmico –que conectará al Océano Pacífico con el Golfo de México– y zonas industriales que se empiezan a gestar en esa región. "Además hay clusters en lugares como Mérida o Tabasco, que le dan cobertura a zonas como Quintana Roo, Campeche y Chiapas, y ahí también hay recursos naturales que requieren algunas industrias", agrega.
"Solo falta un Plan Nacional de Infraestructura que vea más allá de un sexenio y que realmente priorice todas las necesidades de infraestructura que tiene y necesita el país", recomienda Pantoja.
"En ese plan debería haber participación de capital privado –con lineamientos rectores del gobierno para que se gestione y cumpla correctamente– con el fin de que su desarrollo sea rápido, porque si solo se usan recursos gubernamentales nos vamos a tardar 100 años", advierte el experto.
Por ahora, apunta Pantoja, en el Bajío y en el norte del país ya han escalado los precios de las rentas y los precios de la tierra, lo cual también podría ayudar a impulsar la llegada de empresas al sur de México.
Lo que falta
Una vez que se tengan los lugares para fabricar nuevos productos, será necesario pensar en cómo sacarlos vía terrestre, marítima y área. "Por ejemplo, la industria automotriz usa la infraestructura portuaria, pero si la producción crece, hay que aumentar la capacidad de los puertos", apunta Jorge Fabris, director para el Sector Industrial en la consultora Newmark.
"Ya se está pensando en ampliar la capacidad de puertos de altura como Progreso en Yucatán y Tuxpan en Veracruz, además de los habituales, como Manzanillo y Lázaro Cárdenas, para que esto no represente un obstáculo o una barrera de entrada para las empresas", indica. Hay otras acciones como trasladar las operaciones de carga al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) que van por buen camino; sin embargo, se necesita mayor certidumbre al respecto, señala: "el gobierno está haciendo su labor, pero debería haber más claridad en cuanto a los tiempos de ejecución de estas obras. Por un lado, las empresas están muy entusiasmadas de entrar al país, pero siempre y cuando exista el compromiso de todos los agentes que participamos en esta atracción de inversiones de cumplir con trámites, licencias, dictámenes y todo lo que sea necesario", recalca.
A todo esto hay que sumar otras infraestructuras, como la creación de zonas de vivienda en donde se tengan servicios como centros hospitalarios y escuelas, además de universidades en donde se forme la personal capacitado que se requiere.
"Todos los grupos desarrolladores y fondos de inversión son conscientes de que los polos de desarrollo industrial deben venir acompañados de estos servicios, sobre todo en algunos municipios de las áreas metropolitanas de las grandes ciudades, como Monterrey, Tijuana y Ciudad Juárez, además de Ciudad de México y Estado de México. Ya hay buenos ejemplos de esto en lugares como Querétaro, Yucatán y Tabasco", aclara.
Para Fabris, mejorar la infraestructura referente a la energía es el mayor reto, por lo que gobierno y sector privado deben trabajar en conjunto para sacarla adelante.
"La labor ya se ha estado haciendo, pero evidentemente todavía falta camino por recorrer", asegura el director.
Aunque a nivel global México tiene mucha ventaja en el tema del nearshoring, en Latinoamérica también hay competencia en lugares como Argentina o Brasil, donde ya hay inversiones importantes de países como China.
"Pero en México, la ubicación privilegiada es lo que nos está poniendo bajo el reflector. Por ejemplo, son muy pocos husos horarios que nos diferencian con Estados Unidos, y si tomas un vuelo, no estás a más de cuatro horas y media de un destino importante", recuerda Fabris.
Así, nuestro país enfrenta la llegada de nuevas empresas y tiene el compromiso de ser un buen anfitrión cuidando, mejorando y creando infraestructura.
Solo si beneficia a todo el país
El nearshoring puede ser una oportunidad histórica para México, siempre y cuando considere la inclusión y el beneficio para todos los mexicanos, dijo Carlos Hank González, presidente del Consejo de Administración de Grupo Financiero Banorte.
Durante su participación en el podcast Norte Económico, producido por ese banco, el empresario advirtió que el nearshoring puede ser una extraordinaria oportunidad, pero tiene que beneficiar a todas las regiones de México.