- El centro ha sido víctima de atentados como parte de la disputa del predio donde está instalado; se estima está ligado el Cártel del Despojo.
El Universal
TLACOLULA, Oax.
Yum Balam es un jaguar joven que se encuentra en un corral de madera. Cuando su cuidador le abre la puerta, el felino sale corriendo a toda velocidad con la mirada puesta en su presa: se trata de un costal con piezas de pollo en su interior que serán su premio si logra derribarlo de un tronco donde está sujeto y para ello debe aplicar una gran fuerza.
Esta actividad, que simula la caza de una presa, es parte de un programa de enriquecimiento ambiental dentro del Santuario del Jaguar Yaguar Xoo, ubicado en Tlacolula, municipio de los Valles Centrales de Oaxaca, donde Yum Balam y otros felinos que han sido rescatados, en su mayoría víctimas del tráfico, son resguardados y rehabilitados con el fin de que algunos puedan ser reintegrados a su hábitat.
Domingo Mendoza, biólogo y director general de Área de Bienestar Animal de Yaguar Xoo, explica a EL UNIVERSAL que esta actividad ayuda a los jaguares en cautiverio a recuperar su instinto, tal como actuarían en la vida salvaje, ya que el principal objetivo de este centro es contribuir a la conservación del jaguar, que en México se encuentra en peligro de extinción.
Yaguar Xoo es uno de los centros de conservación de felinos más importantes no sólo de Oaxaca, sino del territorio nacional, ya que además de los trabajos para el jaguar y otros felinos, ofrece recorridos al público en general, así como talleres de educación ambiental principalmente dirigidos a estudiantes.
Este centro fue fundado en 1997 como proyecto de conservación de fauna y abrió al público en el año 2001 en la localidad de Tanivet. Posteriormente, y debido a su crecimiento, en el año 2014 se trasladó sobre la carretera Internacional 190, a un predio que pertenece al Monumento Natural Yagul, Área Natural Protegida desde 1999 y también con declaratoria de la UNESCO.
No obstante, pese a la importancia del Santuario del Jaguar como Unidad de Manejo de Vida Silvestre, este centro ha sido víctima de atentados dentro de sus instalaciones, como parte de la disputa del predio donde está instalado y en la que se estima está ligado el Cártel del Despojo.
Víctor Rosas Vigil, director general de Yaguar Xoo, explica en entrevista para EL UNIVERSAL que este centro cuenta con un contrato de renta por 20 años hecho con el dueño del predio Camilo Arrazola, quien murió en 2020, pero tras su muerte el terreno quedó intestado y ahora es reclamado por sus hermanos.
"Hay gente que ha falsificado escrituras y nos han dicho que son dueños del terreno", explica Víctor Rosas, quien lamenta que estos intentos de despojo se han traducido en un incendio, construcción ilegal de una barda y hasta la invasión de una zona para la siembra de maguey, acciones consideradas delitos al tratarse de un Área Natural Protegida.
Los ataques contra Yaguar Xoo
Corría la madrugada del 24 de octubre de 2023, cuando las sirenas comenzaron a sonar sobre la carretera Internacional 190, del Santuario del Jaguar salían grandes llamas de fuego y una inmensa columna de humo que se perdía entre la obscuridad de la noche.
"¡Se está quemado el Yaguar Xoo!", se escucha decir de los testigos que compartieron videos del siniestro en redes sociales. La preocupación de las personas y los cuerpos de bomberos era grande, pues corría peligro la vida de los animales.
Al día siguiente se compartió el saldo: afortunadamente, los animales salieron ilesos, el incendio sólo se registró en el área de locales comerciales. Autoridades determinaron que el incendio fue provocado por acción humana después de perpetrar robo de mercancía como artesanías y del equipo técnico en el área de veterinaria y el centro de investigación.
En este siniestro los más afectados fueron personas indígenas que pertenecen a la Red de Comunidades Articuladas y que en esta área vendían sus mercancías para obtener recursos con los que realizar labores de conservación de los ecosistemas.
Textiles, artesanías, alebrijes, mezcal, entre otros artículos fueron el objetivo del robo. Las pérdidas, asegura el director Víctor Rosas, se estiman en un millón y medio de pesos.
"El santuario apoya en difundir, capacitar y promover el trabajo de conservación de las comunidades, que han colocado cámaras trampa y han encontrado jaguarundi, tigrillo, entre otras especies. No pagan renta y venden a precio justo para que cuiden los bosques", comenta.
Víctor Rosas recuerda que no es la primera vez en que se ven amenazados dentro del santuario, ya que anteriormente se encontraron con la construcción de una barda, lo cual es ilegal, pues al ser un Área Natural Protegida, cualquier tipo de construcción debe contar con autorización de autoridades ambientales.
Tras las denuncias ante autoridades ambientales y de justicia, "vinieron a colocar sellos de suspensión, pero ocho meses después del hecho", lamenta el director.
Además, otra invasión se presentó en el área del estacionamiento donde personas desconocidas sembraron maguey sin un documento de autorización, lo que representa otro delito, al igual que la barda, por violación al Plan de Manejo Ambiental.
Labores de conservación del jaguar
De acuerdo con el Segundo Censo Nacional del Jaguar, realizado en 2018, en México existen 4 mil 800 ejemplares, lo que representa un incremento de 20% en la población del jaguar, respecto al primer censo realizado en el año 2010.
Pese a dicho incremento, en México el jaguar está catalogado en peligro de extinción, mientras que a nivel mundial está en la categoría de especie “casi amenazada” dentro de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se estima que en Oaxaca habitan 450 de estos ejemplares en zonas silvestres. Su avistamiento se ha reportado cerca de Los Chimalapas, La Chinantla, la Sierra Juárez y en la zona de Etla, de acuerdo con información proporcionada en Yaguar Xoo.
Este año, en este centro se planeaba la liberación de tres pumas, dos hembras y un macho; además de dos jaguares, un macho y una hembra. Por eso dichas acciones de invasión atentan directamente contra las labores de conservación de este felino, considerado el más grande de América.
Actualmente, las actividades en el santuario no paran, siguen abiertos al público ofreciendo recorridos y talleres. Al tiempo que esperan justicia por parte de las autoridades, así como garantías de protección para los animales y las personas que laboran ahí.
"Estamos abiertos al público, agradecemos a la sociedad y turistas que asisten y toman los talleres. Somos resilientes. Confiamos en la justicia de parte de las autoridades estatales y federales", finaliza el director Víctor Rosas para dejar claro que no bajarán la guardia en su labor de conservación por las especies de grandes felinos mexicanos que se encuentran en peligro de extinción.