24 de Noviembre de 2024

DILEMAS MILLENNIALS / Positividad tóxica / Dulce Elena Galindo Villa

columnas heraldo

“Soy el hombre más feliz del mundo” Solía responderme mi tío Esteban cada vez que le preguntaba ¿Cómo está? Aunque la mayoría de las veces sus palabras no correspondían con su realidad. De ejemplos como este, estuve rodeada, personas que tenían que encontrarle el lado amable a la vida para mantenerse cuerdos y fuertes ante las experiencias que como adulto se les iban presentando.

Este recuerdo, aunado a los memes que he visto últimamente sobre el positivismo tóxico me hizo cuestionarme seriamente ¿qué es el positivismo tóxico? ¿Cómo saber si soy una persona positivamente tóxica? y sobre todo ¿qué es una actitud positiva adecuada?

¿Qué es el positivismo tóxico?

Para entender qué es el positivismo tóxico, es útil abordar el concepto desde la perspectiva del psicólogo Leon Festinger y su teoría de la disonancia cognitiva. Según Festinger la disonancia cognitiva ocurre cuando hay una incongruencia entre los verdaderos sentimientos de una persona y lo que muestra al exterior.

La positividad tóxica es una disonancia cognitiva, ya que implica imponer una actitud positiva y reprimir las emociones negativas ante ciertas experiencias. Ahora la pregunta del millón ¿por qué una persona es positiva tóxica? Debido a una combinación de factores culturales, sociales y psicológicos.

Por ejemplo, el positivismo tóxico puede ser su mecanismo de defensa para evitar sentir emociones dolorosas o para no confrontar situaciones incómodas. También, si una persona crece en un entorno donde la expresión de emociones no agradables son mal vistas, puede aprender a reprimirlas detrás de una actitud positiva. En pocas palabras, es aprender a mentirte a ti misma o disfrazar el cómo te sientes.

Señales de positividad tóxica

¿Cómo saber si soy una persona positivamente tóxica? Aquí algunas señales; 1) Evasión de problemas o ignorar realidades alternas a la tuya para mantener tu actitud positiva (soy) 2) Tratas de convencerte que todo está bien incluso cuando tu mundo se cae a pedacitos 3) Te comparas con la situación de alguien que está peor que tú para darte ánimos (soy).

El riesgo del positivismo tóxico es que puede llevar a minimizar problemas graves e impedir una gestión emocional adecuada, lo que puede causar ansiedad. Además, puede afectar tus relaciones con los demás, ya que presionar a las personas a ver siempre el lado positivo puede dificultar una conexión sincera.

¿Por qué caemos en la positividad tóxica? Tomando en cuenta mi experiencia, es porque encontré una forma de anteponerme a las adversidades y tomarme la vida con filosofía. Es decir, fue mi mecanismo de defensa para evitar enfocarme en situaciones dolorosas, también, fue algo que aprendí, en la familia de mi papá se dice que hay que ser fuertes, mantener la calma y seguir adelante. Bien dice el dicho “al mal tiempo buena cara”.

Cómo evitar el positivismo tóxico

La buena noticia es que he estado aprendiendo una actitud positiva adecuada en los últimos días: aceptar lo que está pasando. Por ejemplo, actualmente me siento agradecida por dedicarme a lo que me gusta. Sin embargo, mi carrera está en crecimiento, lo que significa que aún no tengo el reconocimiento ni el dinero que me gustaría tener. Esto me provoca frustración y, en algunas ocasiones, tiendo a envidiar el éxito de otras personas.

¿Quién disfruta estar a la mitad de sus metas? Para mí, es doloroso. Entonces, ¿qué puedo hacer? Reconocer quién soy, tanto las cosas buenas como aquellas en las que necesito trabajar para cumplir mis metas, como la constancia. Además, debo aprender a ser paciente, el mayor reto que tengo en este momento.