Contrario a lo que se piensa, la mayoría de los ingresos que genera Petróleos Mexicanos (Pemex) son del mercado nacional y no del extranjero; hablamos en este caso de que el mercado doméstico genera el 75 por ciento.
Es decir, ya no es la venta de petróleo crudo al extranjero el brazo fuerte de la petrolera, ya que el petróleo crudo que se extrae se procesa, se le da valor agregado en México y esto permite no solo tener autosuficiencia, sino también un control de precios.
Recientemente, la empresa encabezada por Octavio Romero Oropeza, dio a conocer que, la capacidad de procesamiento de crudo mejoró gracias a las inversiones realizadas en las seis refinerías con que cuenta, las cuales eran casi chatarra en 2018 y tenían una capacidad de producción, en promedio, de 38%, la cual actualmente es de 62 por ciento. en promedio, cada año, se destinaron entre 8 mil y 10 mil millones de pesos para mantenimiento.
Además, se compró la refinería de Deer Park y se están haciendo dos coquizadoras, una en Tula, Hidalgo, y otra en Salina Cruz, Oaxaca, con las cuales se procesará el combustóleo para convertirlo en gasolina y darle mayor valor al crudo, además de contaminar menos.
Ante una mayor disponibilidad de combustibles en el mercado nacional, los ingresos de la petrolera por este concepto aumentaron, a la par de las estaciones de servicio que comercializan bajo la marca Pemex, y que ya suman más de 7,250 unidades.
“Hemos ido recuperando ese mercado perdido y, en el tema de las gasolinas, hoy ya estamos en el 87.5% de todo lo que se vende en el país, llegamos a estar en el 80%, en diésel llegamos a estar en el 69% y hoy estamos en el 80 por ciento”, ha dicho el director general de la empresa.
Es por eso que, aunque las ventas al exterior siguen generando altas ganancias en dólares para la petrolera, lo cierto es que su principal sostén es el mercado interno y por ello el enfoque es fortalecer esta comercialización a través de la autosuficiencia energética primero y luego enfocarse en la exportación.
CRECIMIENTO SOSTENIBLE
Comienza la temporada de reportes trimestrales y Traxión, a cargo de Aby Lijtszain, publica algo notorio: cifras récord en ingresos y EBITDA, lo que marcan así el más alto rendimiento en su historia. Este logro no es fruto del azar sino de una estrategia meticulosamente planificada y ejecutada, que incluye una revisión profunda de sus operaciones, particularmente las de Redpack, su división de paquetería y mensajería B2C.
El enfoque de Traxión hacia la sostenibilidad de su crecimiento es evidente en la manera en que han manejado Redpack. De acuerdo con Lijtszain, presidente ejecutivo del conglomerado, la empresa decide reducir significativamente sus operaciones B2C en respuesta a la "disrupción de precios en ese mercado en particular". Este movimiento estratégico destaca un compromiso con la rentabilidad a largo plazo sobre el crecimiento a corto plazo, una decisión valiente que refleja una madurez empresarial notable.
Redpack se enfrenta al desafío de transformar sus operaciones para concentrarse más en el negocio B2B, donde la empresa puede aprovechar su robusta posición competitiva. Este ajuste estratégico no solo busca mejorar la rentabilidad, sino también optimizar los recursos en áreas donde Traxión puede liderar con mayor eficacia.
ALZAN LA VOZ
LLYC, la firma global de Marketing y Corporate Affairs, anunció la creación del primer banco de voces sintéticas diversas, Free the Voices, para evitar los comportamientos discriminatorios y actos de micro-agresión diarios en contra de la comunidad LGBTIQ+ impulsados, entre muchos, por los sesgos que aún desencadenan las voces diversas.
El proyecto fue desarrollado en colaboración con Monoceros Labs y su producto Fonos. El banco es una realidad y contará con cinco voces diversas para uso libre, cuatro de las cuales ya se encuentran disponibles en freethevoices.llyc.global y una quinta que se creará a partir de la donación de nuevas voces.
David González Natal, socio y director general de LATAM Norte en LLYC, asegura que la discriminación basada en la voz es una problemática persistente que afecta a muchas personas, especialmente dentro de la comunidad LGBTIQ+. Las voces que no se ajustan a las normas sociales predominantes a menudo enfrentan prejuicios y microagresiones, lo que lleva a muchas personas a modificar o ocultar su verdadera voz. Esta situación no solo perpetúa la invisibilidad y el estigma, sino que también limita la diversidad vocal que debería ser celebrada en nuestra sociedad.