La guerra en Medio Oriente está mostrando cómo la realidad ya superó a la ficción y de lo que son capaces unos y otros con tal de imponer sus razones o intereses en un territorio convulso que siempre ha estado envuelto en conflictos bélicos, políticos, religiosos y sociales. No importa que de por medio vaya la vida de miles de civiles inocentes.
En esta parafernalia, el viper que apareció al mundo en la década de los 60 del siglo pasado, un localizador sencillo y simple que no requiere de estar conectado a internet y que con el paso de los años fue desplazado por los teléfonos celulares, fue modificado para utilizarlo como un arma para atacar a miles de personas.
El primer viper de Motorola, llamado Pageboy 1, creado en 1964, permitió enviar una alerta sonora. A partir de los años 80 ya era posible enviar mensajes escritos.
Tiene la ventaja de operar en frecuencias altas (FM) y en redes distintas a las telefónicas, enviar mensajes más lejos y como sus baterías tienen una larga duración, los hace ideales para zonas remotas. No pueden ser rastreados por GPS u otros medios.
Por un lado, esa herramienta de comunicación –que estaba en el olvido del imaginario colectivo– sigue siendo utilizado por grupos radicales armados para evitar que sus comunicaciones y ellos mismos sean interceptados, por el otro, hoy se sabe que con algunas alteraciones, se puede utilizar como un arma a distancia.
Sin duda, el viper está tomando su segundo aire, porque no son pocos que lo ven con buenos ojos como una herramienta segura, léase guerrilleros, grupos radicales o narcotraficantes, este dispositivo es como un radio de onda corta, siempre están ahí para cualquier emergencia.
Alan Contreras, CEO de Haak Cybersecurity Consulting, me platicó que pocos saben que el viper tiene una falla de origen: “se sobrecalienta y puede explotar”, eso lo hace más factible para convertirlo en un arma, como si se tratara de un dispositivo utilizado en las películas de James Bond, el Agente 007.
Lo grave es que no es ficción, es la realidad.
El especialista en ciberseguridad aseguró que las hipótesis planteadas sobre las explosiones de víperes en Líbano y Siria suenan complejas, pero son “posibles al buscar cómo modificar el hardware para poder agregar la pólvora y solo esperar activar una señal determinada que active la sustancia explosiva”.
Este viejo dispositivo buscapersonas puede traspasar comunicativamente el acero, mientras que un teléfono móvil puede bloquearse. Esto sin contar con su bajo costo. Viéndolo, desde un punto de vista bélico, un arma fácil y barata.
Los bíperes que se hicieron estallar a distancia sorprendieron al mundo y al enemigo, pero quien los alteró no reparó en los civiles, seguramente bajo la consigna de que se trata de una guerra. ¡Que muera quien tenga que morir!
Con estas nuevas formas de agredir, los atentados y los inmolados parecen en desuso como ataques sorpresa, hoy lo que menos te imaginas puede utilizarse como un arma, es la perversidad que crece al ritmo de la polarización mundial.
POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ
COLABORADOR
@PAPADEPONCHO