21 de Noviembre de 2024

NOTAS SIN PAUTA / El problema del agua / Arturo Rodríguez García 

 

columnas heraldo

A menudo se culpa a la industria privada por el uso excesivo del agua. Lo cierto es que los datos cuentan una historia diferente. De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que lleva Efraín Morales López, el 76% del agua en el país se destina al sector agrícola, mientras que el abastecimiento público consume el 14%.

En contraste, la industria utiliza solo el 5%, lo que evidencia que la problemática hídrica tiene raíces más profundas y estructurales, relacionadas principalmente con el sector agrícola y el cambio climático.

Para nadie es nuevo que México enfrenta un estrés hídrico significativo. Tan solo Aquastat en 2020 informó que ocupamos el lugar 139 de 178 países analizados, con un índice del 44.8%.

Esto, según los expertos, es el resultado de múltiples factores, entre ellos el crecimiento demográfico, la sobreexplotación de acuíferos, la contaminación, el uso ineficiente en la agricultura y los efectos del cambio climático.

La relación entre estos factores es clara: el rápido aumento de la población mexicana, que alcanzó los 129.4 millones en 2023 y se espera que llegue a 134.5 millones en 2030, incrementa la presión sobre los recursos hídricos y demanda soluciones urgentes y sostenibles.

En cuanto al señalamiento que se hace a las empresas de acaparar y hacer mal uso del líquido, nada está más lejos de ser parte del problema y en algunos casos ha demostrado ser un aliado importante en la implementación de soluciones.

Por mencionar un ejemplo tomemos el proyecto Aguas Firmes, puesto en marcha por Grupo Modelo, la Cooperación Técnica Alemana y la Industria Mexicana de Coca Cola. Este bien puede ser un claro ejemplo de cómo la colaboración público-privada puede generar un impacto positivo en la gestión del agua.

El esfuerzo incluye acciones concretas como la reforestación, la implementación de tecnologías de riego eficiente y el apoyo a los agricultores para que adopten prácticas sostenibles. Además, busca involucrar a las comunidades locales en la gobernanza del agua, lo que refuerza la importancia de trabajar de manera coordinada.

El proyecto, que ha ayudado ya a casi a un millar de agricultores, entrará este año a su segunda fase, con lo cual se aumentaría el potencial de infiltración de agua en los acuíferos, alcanzando un total acumulado de 12 millones de metros cúbicos.

Esta requerirá una inversión conjunta de 14 mil 4 millones de dólares por parte de estos grupos empresariales superando los 10 millones de dólares invertidos en la primera fase.

Es un hecho que la modernización de la infraestructura es otra tarea pendiente y que el cambio climático también juega un papel fundamental, sin embargo, en la medida que entendamos que el problema es multifactorial y que se requiere de sinergias en donde la IP y la administración pública unan esfuerzos, habremos pues de tomar el camino correcto para un problema que nos atañe a todos.

El asunto va más allá de ideologías. Es un tema de supervivencia.