EL GOBERNADOR Flavino Ríos Alvarado de ninguna manera será expulsado del Partido Revolucionario Institucional, por la simple razón de que no se le involucra en ninguna de las acusaciones contra Javier Duarte.
Todo se ha tratado de un vil “borrego” aventado con la intención de demeritar la imagen del político minatitleco, quien siempre se ha distinguido por su gran forma de trabajar en las dependencias donde ha participado.
La reciente visita a Veracruz por parte del presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, y los apoyos confirmados para rescatar Veracruz por parte de Enrique Peña Nieto, son los indicadores de que Flavino Ríos es visto con buenos ojos por el partido oficial y la misma Federación.
ANTE LA imposibilidad de hacerse justicia por sus propias manos, los xalapeños han recurrido al buen humor para “castigar” al gobernador con licencia Javier Duarte de Ochoa, con la colocación de carteles muy al estilo del Viejo Oeste, donde se le busca vivo o muerto.
Personas desconocidas colocaron decenas de carteles en las principales bardas del centro histórico xalapeño, donde se destaca una imagen del rostro de Duarte en traje y corbata, de cuando tenía sobrepeso, por lo que probablemente sea más difícil localizarlo, porque ahora luce 34 kilos menos.
No se descarta que sea capturado en las próximas horas, luego de que el secretario de Gobierno, Miguel Ángel Osorio Chong, se ufanara que si lograron atrapar al Chapo Guzmán, uno de los hombres más buscados en el mundo, qué no podrá suceder con Javier Duarte de Ochoa. Pues ya se demoraron, ¿no cree, amable lector?
PARA QUE Raúl Ojeda Banda, presidente de Ciudadanos Unidos, asegure que en Coatzacoalcos se respira un poco de tranquilidad, tras una ola imparable de secuestros, es que algo ha cambiado desde que la Secretaría de Marina tomó el mando en el combate a la delincuencia en el sur de Veracruz.
Ojeda Banda se había convertido en una de las voces más críticas del Gobierno municipal y estatal, en los momentos más críticos que enfrentó Coatzacoalcos con los constantes secuestros, asaltos y asesinatos en la localidad.
Si bien es cierto que el índice delictivo ha bajado considerablemente en Coatzacoalcos, también se observa que en ciudades de Minatitlán y Acayucan continúan los embates de la delincuencia, en lo que se podría considerar como un “efecto cucaracha”, es decir que los maleantes se estarían mudando a los municipios cercanos.
BIEN DICEN que un botín mal repartido es causante de todas las peleas y las más altas traiciones, si no que le pregunte a Javier Duarte de Ochoa, a quien su mejor hombre de confianza, el abogado Alfonso Ortega López, lo empinó ante la PGR revelando toda su red de lavado de dinero y compra de inmobiliarios.
Ortega López solo recibía 300 mil pesos mensuales por operar la compra de inmuebles en México y en el extranjero, mientras una red de familiares y amigos de Duarte de Ochoa se hacían de propiedades tazadas en cientos de millones de pesos. En política, una regla de oro es bañarse en regadera, o sea, salpicar, y bien, a quienes te rodean.