1 de Octubre de 2024

Comentadas

La crisis financiera que se vive en el país, está afectando seriamente un sector que debiera privilegiarse, si de asignar recursos se trata, como el de salud, donde para variar en el caso de la clínica 36 del Seguro Social de Coatzacoalcos, al menos 30 pacientes con VIH-Sida vieron interrumpido su tratamiento por la falta de un medicamento llamado “Truvada”, cuyo frasco solo contiene diez pastillas y cuesta la cantidad de 10 mil pesos. Lo mismo está ocurriendo en las clínicas de Petróleos Mexicanos, donde sobre todo jubilados con padecimientos crónicos, también se quejan de la falta de medicamentos y el viacrucis que tienen que pasar para el reembolso, cuando los compran por su cuenta.

Por cierto, hablando del sector salud, han subido de tono las declaraciones del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien no está conforme con las conclusiones de la Secretaría de Salubridad federal que dirige el ex rector universitario José Narro Robles, quien a través de la Cofepris, ha señalado que no se han encontrado evidencias de medicamentos clonados para cáncer en niños, ni de la aplicación de estos en menores de edad. Ante esas precisiones, el gobernador veracruzano ha manifestado que la Cofepris se ha precipitado, porque aún las investigaciones no han concluido.

En ese sentido, vale la pena recordar que el mes pasado, Yunes Linares fue contundente al señalar ante medios de comunicación, de manera textual en relación al tema: “era un compuesto inerte, era agua prácticamente destilada, nos parece un pecado brutal, un atentado contra la vida de los niños, se está terminando de analizar y en su momento se presentarán las denuncias”. Esas declaraciones fueron a mediados del mes de enero, la Secretaría de Salud federal envió 15 personas especialistas en la materia, quienes después de dos semanas de investigación, reportan que no existen elementos para concluir que se habrían suministrado ese tipo de sustancias a niños con cáncer.

Esta situación ha generado sicosis entre los padres de niños con cáncer, incluso en adultos con ese padecimiento, quienes ante la duda que se ha sembrado, en algunos casos están temerosos de seguir sus tratamientos con el sector salud. Por otro lado, está la reputación del personal médico, que son quienes de manera directa aplican los tratamientos a este tipo de enfermos. Se trata de especialistas que no tienen nada que ver con los desvíos de recursos ni las irregularidades administrativas, pero que en todo caso están capacitados para conocer los componentes del tratamiento y sobre todo de las reacciones de los pacientes cuando lo reciben.

Por lo delicado del tema y las implicaciones que este tiene, se debe hacer a un lado la ligereza en las declaraciones, con la finalidad de llegar a las conclusiones sustentadas en procedimientos estrictamente científicos, que le devuelvan la tranquilidad y la confianza a decenas de enfermos veracruzanos, así como al personal médico que a diario realizan una noble labor, y lo más seguro es que jamás se prestarían a una canallada como la de suministrar un tratamiento apócrifo, sobre todo a los niños.