Juan Alberto Aldana Santiago
EL COMAL LE DIJO A LA OLLA
Así podríamos definir la guerra mediática desatada entre Andrés Manuel López Obrador, líder nacional de Morena, y Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador de Veracruz.
Ambos indudablemente líderes de sus respectivos partidos políticos Morena y el PAN.
Donde las acusaciones mutuas y los descalificativos son variados para hacer el mayor daño posible a la credibilidad de su oponente político.
El motivo es minar al partido político que cada quien representa en las próximas elecciones para la renovación en las alcaldías en los 212 municipios en el estado de Veracruz.
QUE NOS CUENTAN A NOSOTROS SI SABEMOS SU HISTORIA
Este circo de dimes y diretes sólo sirve de telón para ocultar la realidad de ambos.
Tanto López Obrador como Yunes Linares, ambos son producto del PRI si en ese instituto político se formaron, crecieron y que hoy supuestamente desprecian.
En Morena bajo el liderazgo de López Obrador recibe, arropa, perdona a distinguidos priistas que ya han sido funcionarios con historiales negros en su actuar en la administración pública, los premia con la probabilidad de ser candidatos a un puesto de elección popular.
En el PAN el gobernador que es líder indudable e indiscutible en su partido político también recicla a personajes priistas, también los premia con candidaturas a puestos de elección popular pese a que también cuentan con negros historiales en la función pública.
López Obrador acusa a Yunes Linares de nepotismo al hacerlo candidato a la presidencia de Veracruz.
Cuando el mismo López Obrador hace gala de nepotismo al designar a dos de sus hijos en altos cargos partidistas en Morena.
López Obrador y Yunes Linares hablan de democracia, de inclusión cuando en sus hechos como líderes políticos practican la imposición dentro de sus partidos políticos, despreciando a la verdadera militancia que ha trabajado arduamente para posicionar a su instituto político.
López Obrador y Yunes Linares o Yunes Linares y López Obrador, el orden de los factores no altera el producto, se acusan públicamente de enriquecimiento al amparo del poder público o partidista.
Lo único cierto que no presentan sus declaraciones reales sobre los bienes que poseen ambos, de acuerdo a la vida que llevan sus números no cuadran, aunque las matemáticas es una ciencia exacta.
Se dicen ambos preocupados por el bienestar social en palabras, pero en sus hechos ambos dejan mucho que desear.
