1 de Octubre de 2024

EL CANDELABRO

Juan Alberto Aldana Santiago

UN PRI QUE HA AGRAVIADO

Yo veo un México con hambre y con sed de justicia, un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían servirla.

De mujeres y hombres afligidos por el abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.

Es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, a la corrupción y a la impunidad.

Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Este pensamiento de Luis Donaldo Colosio, quien pudo ser un gran líder y reformador del Partido Revolucionario Institucional, retumba en el 88 aniversario del referido instituto político.

Un PRI que fue diseñado para ser invencible en una monarquía de un sistema político disfrazado de democracia.

Pero en un principio el PRI no fue tan malo como lo es actualmente.

Semillero de políticos, de gobernantes, diputados, senadores, líderes sindicales, de personas que crearon muchas instituciones en el ejercicio del poder, pero con una visión del desarrollo social.

Hasta que se empezaron a corromper con actos llenos de corrupción, de impunidad, donde los presidentes de la República, tecnócratas educados en el extranjero en escuelas como Harvard, Princeton, Cambridge, adoctrinados en el neoliberalismo, perdieron la esencia del patriotismo nacional.

Perdieron la realidad de lo que México necesita de las medidas correctas para nuestro país y de la de millones de familias mexicanas.

Han sido décadas desde que el neoliberalismo fue implantado como modelo económico en nuestro país, tal vez ha sido beneficioso para otros países, pero para nuestra nación es un rotundo fracaso porque no está adecuado a nuestras necesidades, sino a las necesidades de otras realidades de otras naciones.

Los hechos lo confirman; el desempleo, la devaluación cada día de nuestra moneda, el hambre, la pobreza extrema, todo esto ha sido generado por gobiernos que mayoritariamente han sido priistas.

Aunado a que la corrupción e impunidad ha permeado a las instituciones públicas, al Ejecutivo, el Legislativo y al Judicial, todo esto ha sido un coctel perfecto para la debacle de nuestro país en todos los aspectos; político, económico y social.

El PRI tiene la oportunidad histórica de retomar el legado que dejó el malogrado Luis Donaldo Colosio y convertirlo en hechos que le permitirían resurgir como partido político.

Tendrían que cortarse el cordón umbilical que los une al Presidente de la República, que sus diputados y senadores empiecen a ser el contrapeso que deben ser como su función legislativa le demanda en nuestra Constitución como representantes del pueblo, y no como servidores levanta dedos a favor del jefe del Ejecutivo federal.

El resentimiento, el odio que el pueblo le tiene al PRI, puede ser revertido si con hechos positivos empieza a limpiar y a enjuiciar aplicando la ley a quienes sus distinguidos militantes que se convirtieron en malos gobernantes, se les empieza a aplicar la ley por medio de sus bancadas en el Congreso de la Unión, en la Cámara de Senadores ya empezar a legislar con leyes adecuadas a favor de México y de millones de mexicanos.

Si no lo hiciere definitivamente, el PRI está en los estertores de muerte como instituto político.