4 de Marzo de 2025

¿La verdad de quién?

Cita el ensayista inglés Aldous Huxley, que una verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad emocionante. Nada más cercano a la “realidad” que “toca vivir” en los medios de comunicación en México y el mundo.

Hoy, entre las campañas que empiezan y las que solamente se perpetúan, estamos navegando a ciegas en un mar de plástico reciclado, estrategias sobrevaluadas y chispazos simpáticos de quien olvida lo que guardan las noticias y los documentos que dan cuenta a su mal actuar.

Es cierto, para saber hay que hacer. Por fortuna en la política como en la música, hay muchas partes, se puede apreciar una melodía sin ser concertista, eso es un hecho, así que aunque los toros desde la barrera se ven diferente, es posible, mirar la misma escena desde varios ángulos, para eso son o debieran servir los medios, según los interpretables lógicos.

Reduciendo el tema a una pregunta, cuando hablamos de la “verdad”, ¿A qué o a quiénes específicamente nos referimos? ¿Al dueño del negocio, al que da la cara y firma?

¿Al que da la nota, al que cubre la nota, al que paga la nota para que se le cubra; al que paga la nota para que no se cubra; al que paga la nota para que no se cubra lo suyo pero saque lo del otro?

Los medios masivos de comunicación no sólo están en un proceso crítico de autocensura promovido mayormente por el dinero de los patrocinadores gubernamentales o privados, hoy, deben “demostrar” ante el mundo alterno cibernético, que los hechos ocurren “en la realidad, real y no en la realidad virtual”. Si un medio habla sobre una fuente que otorga la información, ¿Acaso debemos esperar (hoy) un video testimonial de dicha declaración o al menos, del hecho aludido?¿Es suficiente con la “palabra” de quien escribe?¿Cuándo tendremos la escala del cobro por “textoservicio” y su pago en los diferentes niveles?

Si comentaristas, columnistas y líderes de opinión, cobran a razón de una cuenta inflada por motores en Twitter, si se cobra por no llevar la contraria al jefe o en muchos de los casos se cobra, porque paga más que el mismo salario percibido, entonces, pregunto de nuevo, cuando hablamos “de la verdad”, ¿a qué nos estamos refiriendo? ¿A una condición según los intereses propios?¿Y la protección para la audiencia, para los lectores, a la sociedad en general, eso ya no se cuenta?

Viene a colación por muchos temas. Vamos desde Donald Trump y sus “Fake News”, actos políticos “disfrazados de conferencias” hasta funciones de las grandes empresas de Lucha Libre que pregonan por todos lados, llenos absolutos, sin fotografías o testimonios que avalen lo dicho. Fanáticos, como le pasó (esta vez) al luchador exótico, Pasión Kristal, a quien con “el dedo en el teclado” alguien escribió cosas que pueden lastimar una carrera profesional con tal de señalar sin pruebas, que no significan algo, salvo el juicio de un tercero, obligando al aludido a la defensa cibernética, que, en un mundo de leyes, ¿Quién tendría la razón?

¿Regresamos acaso a la inquisición? ¿Quiénes son los nuevos brujos y quién tendrá la abominable tarea de juzgar a los que “quiebren la norma social”? ¿Cuántos medios, digitales o tradicionales pasarían la prueba “de la #nuevaverdad”?

Nos vemos en la siguiente conversación desde esta esquina, en la otra, está su opinión. Subámonos al ring de las redes.

@daniherrerias


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