30 de Septiembre de 2024

Duda Razonable

Carlos Puig

Enrique Ochoa va a la guerra

La noche del domingo Enrique Ochoa estaba contento.

El líder nacional del PRI tenía, en los PREP, el anuncio del triunfo de sus candidatos a gobernador en el Estado de México y Coahuila. Apenas, por unos puntitos, pero triunfo al fin. No fueron pocos los que habían anticipado dos derrotas.

La felicidad le duró poco.

Cambió el gesto, se puso el casco, el chaleco antibalas, el arma y disparó.

“Y a los ciudadanos que votaron por nosotros sin ser su primera opción, les decimos que entendimos su mensaje: juntos, detuvimos el avance del populismo autoritario en el Estado de México, y juntos lo volveremos a hacer con éxito en 2018: México no merece ser Venezuela”.

Ayer, en entrevista con Óscar Mario Beteta fue más allá: volvió sobre aquello del avance del populismo autoritario y luego: “Sí hay contraste a favor del modelo económico a favor de la libertad económica, respeto a la propiedad privada que tiene el PRI y el modelo económico que propone”. Eran las 10 de la mañana y la guillotina electrónica lo interrumpió, pero uno puede imaginar, lo que venía. Tal vez aderezado con algo así como Morena no reconoce la propiedad privada.

No se han contado los votos del domingo y Ochoa y el PRI ya están combatiendo a su adversario del 2018.

Y, en serio, tal parece que en 2018 vamos a discutir lo de la propiedad privada.

Ochoa ya se leyó el manual.

Es más productivo definir al de enfrente que definirse uno.

En estos tiempos es más productivo, electoralmente, el miedo que la esperanza o la propuesta.

El PRI aprendió de estas elecciones que, a pesar de perder millones de votos en los últimos años, tiene un piso. Por historia, por maquinaria, por muchas cosas, tiene un piso de electores que con un candidato medianamente presentable puede competir en una elección con varios candidatos. El presidente del 30 por ciento necesita adversarios de 29 por ciento.

Su objetivo, como de alguna manera lo logró con Delfina, no es subir el techo, sino impedir que crezca el adversario por encima de un tercio de las preferencias.

 

Los discursos del terror a volvernos Venezuela o la amenaza a la propiedad privada están dirigidos a los indecisos o los que, indignados, no quieren votar por el PRI; de ahí la referencia a “la segunda opción”.

Así será la batalla que plantea el PRI para 2018. La del miedo.