EMMA CORONEL, Y LAS MUJERES DEL NARCO
SALVADOR GARCÍA SOTO
La captura de Emma Coronel en Virginia, Estados Unidos, acusada de cargos de narcotráfico por el Departamento de Justicia, revive el debate sobre el papel de las mujeres metidas en el violento y lucrativo mundo del narcotráfico, un fenómeno tan antiguo como la industria ilegal de las drogas pero creciente y cambiante en las últimas décadas en las que las participantes del sexo femenino han cobrado un rol más protagónico e importante en esta actividad, donde lo mismo hay burreras, sembradoras, sicarias, halcones o familiares, que otras que son parejas, en algunos casos a la fuerza y en otros por consentimiento propio, de los líderes del narco.
Al igual que otras mujeres mexicanas, la joven Coronel pasó de ser en un principio víctima de circunstancias que la llevaron a relacionarse con un capo poderoso que le doblaba la edad a transformarse después en una compañera, partícipe y conocedora de las actividades delictivas de su esposo, Joaquín El Chapo Guzmán, y a disfrutar también del dinero y el poder que le daba ser la pareja sentimental y madre de las hijas del poderoso capo del Cártel de Sinaloa.
Emma nació, por lazos familiares, relacionada con el mundo del narcotráfico el 3 de julio de 1989 en California, Estados Unidos, por lo que tenía la doble nacionalidad. Sus padres Inés Coronel Barreras y Blanca Estela Aispuro Aispuro, se la llevaron muy pequeña a La Angostura, Sinaloa, donde creció siempre rodeada por un mundo de narcotraficantes con los que tenía vínculos familares directos. Su padre, apodado “El Uno” o “El Suegro” era primo de Ignacio “Nacho” Coronel, jefe de operaciones del Cártel sinaloense en Guadalajara, asesinado en 2010, y aunque oficialmente Inés Coronel figuraba como “ganadero y agricultor” en La Angostura, en 2013 fue detenido en Agua Prieta, Sonora, luego de que el Departamento del Tesoro lo ubicara en una lista como operador del cártel sinaloense en Durango y Sonora.
A los 17 años, en una fiesta de pueblo en Canelas, Durango, en el año 2006, Emma conoció a Joaquín Guzmán Loera y comenzó una relación con El Chapo, con quien se uniría un año después, en 2007, en una boda que fue relatada por el periodista Julio Scherer en la revista Proceso, pero que luego sería desmentida por Ismael El Mayo Zambada en la entrevista que el capo sinaolense le concedió al mismo Scherer en la que le reclamó que todo lo que había dicho sobre la supuesta boda entre Emma y Joaquín había sido mentira y que la boda nunca existió. Como sea, en aquel 2007 en Canelas, la joven Coronel ganó el certamen de belleza en “El Festival del Café y La Guayaba”, y para celebrarla Joaquín Guzmán llegó con tres bandas de tambora y a partir de ahí estuvieron juntos y en el año 2011 se convirtieron en padres de las gemelas Emmaly y María Joaquina, quienes nacieron el 15 de agosto de aquel año en Lancaster, al norte de Los Ángeles.
Emma Coronel se convirtió en una especie de símbolo y ejemplo de las mujeres que terminan enganchadas e involucradas en el mundo del narco. Pasó de ser una joven reina de belleza a convertirse en esposa de un poderoso capo y su transformación en una mujer moderna, siempre con ropa de marca y joyas y accesorios de diseñador, llamó la atención mediática. Fueron ella y sus hijas el señuelo con el que los integrantes de una célula especial de la Secretaría de Marina, estuvieron cazando a Joaquín Guzmán durante las fiestas decembrinas de 2015, en las que el narcotraficante prófugo, que había escapado por un túnel del penal de alta seguridad de Almoloya seis meses antes, bajó la guardia para visitar a su esposa e hijas en una casa de la ciudad de Los Mochis.
Los marinos que habían montado guardia especial en la residencia del fraccionamiento Residencial Miramar, ubicada a unas calles de la casa donde vivía el entonces gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, se percataron de la presencia del Chapo, que había llegado unos días antes, en los primeros días de enero de 2016, y comenzaron a preparar el operativo para su captura, que terminaría con 6 muertos y otra fuga espectacular del narco por el drenaje de Los Mochis para después robar un auto y ser capturado en la carretera por una patrulla de Policía Federal que atendió el reporte del auto robado, sin saber a quién estaban deteniendo en un primer momento.