Santiago Nieto, endeudado. Gertz Manero, sobrado
LUIS CÁRDENAS
Santiago Nieto dice ser un hombre de la cuarta transformación, aunque ésta lo haya echado de su gracia por aspiracionista, por aquello de no comulgar con el principio de la pobreza franciscana, por atreverse a querer construir un patrimonio para su familia, por pensar en el futuro a través de la técnica y la ciencia en lugar de dedicarse al pasado mediante resquemores y venganzas.
Santiago Nieto puso a la UIF en el mapa internacional, logró concretar acuerdos importantes de colaboración de inteligencia financiera con otros países, particularmente Estados Unidos, y cerró cuentas multimillonarias de muchos delincuentes, desde tratantes de personas hasta huachicoleros y políticos corruptos.
Nieto compró, a crédito, un departamento en Santa Fe, una casa en su natal Querétaro y otra en la alcaldía Álvaro Obregón, de acuerdo a su oficina las propiedades de Santa Fe y de Querétaro se pagan por medio de las rentas de los inmuebles, algo que hacen millones de personas que ven en ese método, legal y legítimo, una opción para construir un patrimonio.
La casa de Álvaro Obregón, donde hoy vive, será liquidada en veinte años no solo por él sino en conjunto con Carla Humphrey, su esposa, que también es una destacada profesionista y actual consejera del INE.
El patrimonio de Nieto, que hoy se mide en deudas, palidece en contraste a los manejos financieros del Fiscal General Alejandro Gertz Manero, documentados ayer en estas páginas por los periodistas Francisco Reséndiz y Diana Lastiri, que acumulan la compra, en un solo año (2014-2015) de 122 autos de lujo por más de 109 millones de pesos, transferencias internacionales por más de 4 millones de dólares, más de 100 mil euros y más de 4 millones de pesos, además de 70 millones de pesos en cheques y transferencias nacionales entre el 2013 y 2021.
Habría que añadir al tema del Fiscal, la aparición del nombre de su fallecido hermano, Federico Gertz, como titular de una cuenta en el banco panameño Julius Bär por al menos 8 millones de dólares y que, se especula, es una de las verdaderas razones por las que Alejandro Gertz mantiene una acusación contra su familia política que tiene hoy presa a Alejandra Cuevas Morán, de 67 años, hija de quien fue pareja de su hermano por más de cincuenta años.
Como sea, ambos escándalos apuntan a un choque de fuerzas dentro de la 4T, a la guerra declarada entre los moderados y los puros, donde el presidente ha tomado partido a favor de los últimos llevando a los primeros a una desesperación que no augura nada bueno para la segunda mitad del sexenio.