25 de Noviembre de 2024

PLATA O PLOMO

¿Una ciudad menos violenta?

Alejandro Hope

Hace dos días, en su cuenta de Twitter, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, presumió la disminución del número de homicidios en la urbe en los primeros dos meses de 2022:

“Entre enero- febrero de 2019 y 2022, disminución del 59% en homicidio doloso en la Ciudad. La gráfica muestra la evolución de este delito desde 1997. Estamos en los números más bajos en décadas. Gracias al gabinete de seguridad, justicia y construcción de la paz”.

Acompañó esta afirmación con una gráfica que muestra la evolución de ese delito en la Ciudad de México desde 1997.

Esto, sin lugar a dudas, es una buena noticia. Se debe celebrar siempre que menos personas sean asesinadas. Sin embargo, la interpretación de los números que hace la jefa de gobierno merece algunos comentarios:

1. Por el periodo cubierto (1997-2022), la gráfica parece mostrar carpetas de investigación (o averiguaciones previas hasta antes de 2016), no víctimas: el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) empezó a llevar el conteo de víctimas de homicidio doloso en 2014. La diferencia entre los dos números no es menor. Por ejemplo, durante 2021, se registraron en la Ciudad de México 920 carpetas de investigación por homicidio doloso y 1005 víctimas. La relación entre los dos números no es constante. En 2015, se reportaron en la CDMX 1.06 víctimas por carpeta, mientras que en 2021 fueron 1.09 víctimas por carpeta. Entonces, la evolución en el número de carpetas de investigación no refleja plenamente el riesgo de ser asesinado.

2. El delito de feminicidio no se tipificó en la Ciudad de México hasta 2012. Antes de esa fecha, esas averiguaciones previas se contaban en las cifras de homicidio doloso. Actualmente, las carpetas de investigación por feminicidio se presentan de manera separada. No son números muy grandes —en 2021, se abrieron 70 carpetas de investigación por feminicidio en la CDMX— pero de cualquier manera dificultan las comparaciones históricas largas.

3. La jefa de Gobierno hace la comparación con cifras del SESNSP. Pero hay otra fuente oficial para homicidios: el Inegi. Tradicionalmente, ha habido diferencias significativas entre las dos series en la CDMX. Más importante, las dos series no necesariamente llevan la misma tendencia. En la cuenta del SESNSP, el número de víctimas de homicidio disminuyó casi 16% en la CDMX en 2020, pero aumentó 3% en la serie del Inegi. Dadas esas diferencias, creo que es prudente esperar a que el Inegi publique sus datos definitivos de 2021 y 2022 antes de hacer juicios categóricos sobre la evolución del homicidio en la CDMX.

4. La gráfica presentada por la jefa de Gobierno muestra un ascenso en el número de homicidios a lo largo de 2019 y luego una caída sostenida a partir de 2020. Es decir, la disminución coincidió con la pandemia. Ese hecho complica el análisis ¿El Covid y los cambios que trajo en los patrones de actividad económica y social tuvieron un impacto en el número de homicidios? No a nivel nacional, pero tal vez a nivel local: según estudios recientes, eso pudo haber sucedido en algunas ciudades latinoamericanas (Lima, Cali, Río de Janeiro) ¿Sucedió algo similar en la CDMX? Creo que es una pregunta abierta.

La conclusión es que sí parece haber menos homicidios hoy en la ciudad que al inicio de la actual administración capitalina, pero la disminución puede ser menor a la presumida por las autoridades. Es además un tanto hiperbólico afirmar que estamos en los números más bajos en décadas (andamos sobre los niveles de 2014, según la propia gráfica de la jefa de gobierno). Y, lo más importante, no tenemos aún una buena explicación de esa caída.