29 de Noviembre de 2024

POLITICA URBANISTA

DIA INTERNACIONAL DE LA MADRE TIERRA

BRAULIO GARCÍA

A propósito de esta memorable fecha donde en un sinfín de lugares pasó desapercibida cabe hacer la reflexión del por qué es importante conmemorar dado que como humanidad es nuestro hogar, es donde vivimos y no tenemos otro lugar a donde ir a vivir, mas sin embargo, lo descuidamos, incesantemente lo contaminamos y no se cuentan con políticas públicas sustanciales que vayan a cambiar esa realidad.

La ONU a través de su apartado llamado ONU Habitat. En su Asamblea en Quito Ecuador, nos presentó ante los asistentes y el mundo entero la Agenda 2030, como un esfuerzo internacional para marcar las directrices que cada país, estado, región y ciudad debe aplicar para detener el rumbo actual y empezar a tener una relación más fructífera con nuestro planeta.

2030 es el año en que los científicos e investigadores alrededor del globo terráqueo manifiestan que es el límite para presentar un nuevo estilo de vida como humanidad más amigable con el planeta, de lo contrario estaremos atentando con nuestra propia existencia en este mundo. Por ello este DÍA INTERNACIONAL DE LA MADRE TIERRA debemos recordar la aplicación de la agenda 2030 como la única guía existentes que se tiene, para la creación de políticas públicas para los diferentes niveles de gobierno que nos puede a ayudar a cambiar el rumbo en el que vamos y empezar a tener una relación más amigable, sustentable y sostenible con la Madre Tierra.

¿Cómo comenzar a cambiar el rumbo?

Hay en la actualidad muchos caminos por recorrer y podemos enumerar a varios de ellos, más sin embargo, cada camino debe ser recorrido con un rumbo fijo, independientemente cual sea este. ¿A qué vamos con ello?; las ciudades antes que nada deben tener entendida su identidad. Si así es, algo tan básico como eso, tener identidad hoy en día se ha vuelto más complejo que nada y más para las ciudades que presentan diferentes caras o versiones de posibles impulsos económicos que tienen y pueden desarrollar.

Pero hoy dentro de esas múltiples caras existentes veremos una cara que algunas están tomando que es por demás interesante, profunda y trascendente. Me refiero a las Ciudades Verdes.

Alrededor del mundo algunas ciudades se están presentando como Ciudades Verdes o encaminadas a ello. Hacer tremenda manifestación no es cosa ligera, ser ciudad verde tiene implicaciones de esquemas de gobernanza lineal y transversal enormes que van desde la política del manejo de los residuos, hasta la de la obtención de sus productos, pasando por esquemas de movilidad.

Para poder llamarse una ciudad verde, se debe empezar o tener ya aplicado un esquema de aprovechamiento sostenible de los recursos, así de amplio como suena, pues en la actualidad muchas ciudades no con capaces de obtener su propia agua y son menos capaces de tratarla al momento de generar las descargas finales. Otro tema es la implementación de energías renovables eficientes, que van tanto a nivel gubernamental y corporativo como a nivel industrial y también del ciudadano común, donde incluso se crean programas de donación de paneles solares para la ciudadanía. Por otro lado, tenemos la existencia de un transporte público suficiente, asequible y ecológico, que permita la movilización de toda la ciudadanía en un medio de transporte amigable con el ambiente, ya sea eléctrico o de hidrógeno. También está el tema de la reducción total de residuos sólidos, un asunto que por muy distante que se vea, no lo es, afortunadamente en la actualidad ya existe la tecnología suficiente para hacer esto mediante plantas separadoras que destinan al reciclaje todos los desperdicios, generando cadenas de valor y fuentes de empleo, así como también emisión mínima de gases tipo invernadero,

Esta debería ser la meta de todas las ciudades independientemente de su rol o su perfil, más sin embargo nos empeñamos en pensar que el cuidado del medio ambiente es una opción sin contemplar que las generaciones futuras serán, las pagaderas por los préstamos de calidad de vida que hoy en día tenemos.