24 de Noviembre de 2024

OPINIÓN

Cuidar y ser cuidado en un Estado que arde criminalizando

Maite Azuela

Luz Raquel Padilla fue quemada viva el 16 de julio, lo supimos por las redes y noticiarios, supongo que la mayoría de nosotros nos estremecimos. El hecho en sí mismo es desgarrador. Pero conocer su historia sacude aún más el alma. Porque las razones por las que fue asesinada, delatan no sólo a una sociedad desquiciada y egoísta, sino que evidencian la ausencia de instituciones en dos necesidades indispensables: garantizar la vida y garantizar la calidad de vida de los más vulnerables.

En la primera necesidad sabemos que la falla es asquerosamente generalizada, porque todas las entidades federativas tienen enormes deudas con las mujeres cuando denunciamos violencia. Luz Raquel Padilla denunció y publicó en sus redes sociales las amenazas que recibió pintadas en las paredes del edificio donde vivía, al parecer pintas que no generaron ninguna reacción de alarma por parte de las autoridades de Zapopan. Semanas antes, Luz Raquel sobrevivió a un ataque con cloro de uso industrial en la zona del tórax, como crimen de odio por la condición de su hijo. La asociación Yo Cuido México asegura que Luz solicitó ser integrada al programa «Pulso de vida» para recibir protección debido a las constantes amenazas por el comportamiento de su hijo. Le negaron el acceso tras considerar que las amenazas que recibía no eran causa suficiente para ser beneficiaria. En junio se registraron 89 feminicidios en el país, la cifra más alta del 2022. 

En la segunda necesidad pensamos menos, pero no hay una sola familia en México que no requiera cuidados para alguna persona adulta mayor, algún enfermo o alguna persona con discapacidad. Más de 43 millones de mexicanos requieren de algún tipo de cuidado. Se da por sentado que es un asunto privado, en el que el Estado no tiene por qué intervenir ni tiene porque garantizar apoyos profesionales. Luz tenía 35 años y un hijo de 11 con trastorno del espectro autista. Consciente de los esfuerzos y recursos que se requieren para estos cuidados, Luz Raquel era activista por el derecho al cuidado y exigía condiciones y servicios para que tanto su hijo como muchas y muchos en las mismas condiciones fueran dignamente atendidos. El cuidado es un elemento esencial en el desarrollo de la vida social. Las “tareas” de cuidado, son en muchos casos funciones profesionales de cuidado socialmente atribuidas a las mujeres.

Se minimiza el valor que generan, sin embargo se calcula que el valor económico de las labores domésticas y de cuidados alcanza los 6.4 billones de pesos, equivalentes a 27.6% del PIB nacional.

Es inevitable pensar en la responsabilidad de los gobiernos que no solo redujeron drásticamente el presupuesto para atender a mujeres en situaciones de violencia y garantizarles refugios seguros, sino que durante los recientes cinco años el presupuesto federal destinado a programas de cuidados se redujo 34.4%.

Datos del Inegi señalan que en México hay 84 millones de personas que realizan trabajo de cuidado no remunerado en su hogar y sólo 2.2 millones realizan esa actividad a cambio de un pago.

Por si no fuera suficiente, las autoridades responsables y algunos medios de comunicación han obviado los antecedentes de las agresiones contra Luz Raquel para asegurar que fue ella misma quien se infringió las mortales quemaduras. El 26 de julio salieron "avances de investigación" en programas de noticias como Azteca Noticias e Imagen Noticias, donde revictimizan a Luz Raquel y la acusan de autoatacarse, con el argumento de que hay videos de seguridad donde se le ve comprando alcohol.

La fiscalía tiene como detenido a Sergio “N”, vecino que la amenazaba, sin embargo, encontró 100 videos de seguridad para la revictimización de Luz Raquel. 

La revictimización surge a partir de que la persona que ha vivido un crimen, denuncia y las autoridades o medios de comunicación la responsabilizan del hecho del que fue víctima. La criminalización también es ya un recurrente recurso ante la ineficiencia en la procuración de justicia. Este es un tipo de violencia muy común contra mujeres, pues siempre se descalifica los agravios que viven, aun después de ser asesinadas. Lo más lamentable es que no solo se revictimice a la mujer víctima de feminicidio, sino que el caso que nos escandaliza hoy, será superado por uno mañana, pareciera que la pesadilla es interminable.