24 de Noviembre de 2024

Liderazgo decembrino / La visión general del político mexicano y las fiestas decembrinas es casi inexistente / Ignacio Anaya Minjarez

Columnas Heraldo

 

 

Las fiestas de diciembre no solo traen con ellas la convivencia familiar y el pequeño momento que ofrecen de olvidar por un instante los problemas de uno. También son el perfecto momento para hablar de la unidad, dejar a un lado los temas que luego causan conflicto dentro de un círculo social y mirar hacia un mejor espacio de convivencia. En este sentido, ¿quién mejor que el líder de una nación para obrar dentro de los valores decembrinos? Durante estas fechas es común que presidentes y otros líderes políticos manden mensajes de buenos deseos y hagan una que otra obra caritativa sin mayor relevancia. No está de más recordar ese extraño video, producto de muchos memes, realizado por el exgobernador de Veracruz Javier Duarte para desearle una feliz Navidad a los veracruzanos. Un mensaje vacío, de esos que usan los gobernantes con el fin de generar simpatías entre la población, buscando así tapar  sus malas administraciones y actos corruptos.

La visión general del político mexicano y las fiestas decembrinas es casi inexistente. No se les suele asociar más allá de los casos ya mencionados. Pero estas fechas deberían aparecer dentro de los discursos de los gobernantes para promover la unidad dentro de las y los ciudadanos. Se conforman con solo realizar actos caritativos y mandar un mensaje “bonito”, pero no dan el ejemplo… a fin de cuentas por eso fueron elegidos por la población.

En la actualidad México vive un periodo de grandes divisiones dentro de la sociedad. Aunque no es el caso en general, algunas de estas son resultado de las palabras que provienen desde diversos sectores de las altas esferas del gobierno, las fuertes opiniones mediáticas (sean de un lado u otro) y las redes sociales. Ante esta situación, el liderazgo se encuentra desaparecido.

En la Tregua Navideña de 1914, durante la Primera Guerra Mundial, la iniciativa provino de los soldados y oficiales de los diversos ejércitos. Los altos mandos, al enterarse, ordenaron que se resumiera la guerra, ahí el absurdo de la humanidad. En muchos casos son quienes detentan el poder los que necesitan del odio, no la unidad, en los tiempos que así lo apremian. Diciembre no es un mes muy grato para estos sujetos, pues supone un temporal alto a la división que rodea a la sociedad. Gente de diversas posiciones, tanto ideológicas como políticas, se reúne para convivir por un breve tiempo. Es la población la que verdaderamente toma la iniciativa de olvidar en un instante todos aquellos tan grandes problemas. Ojalá los jefes y líderes fueran conscientes de eso, los resultados de adoptarlos son realmente positivos.

POR IGNACIO ANAYA