Tabacaleras, restauranteros, tiendas de autoservicio, de conveniencia y hasta farmacias “pusieron el grito en el cielo” debido a que, por disposición oficial, desde este domingo ya no se podrán exhibir cajetillas de cigarros en puntos de venta, ni encender, ni fumar cigarrillos en espacios públicos como de trabajo, transporte público, de concurrencia colectiva, o en las escuelas públicas y privadas.
Ahora la venta de cigarrillos será a través de una lista de productos y precios. Las industrias de dichos sectores rechazan la disposición al considerar que se afectará a los pequeños comercios y se activará el mercado clandestino de cigarros. Son argumentos a medias o de plano falsos (no hay prohibición de venta) con los que las tabacaleras intentan ganar la narrativa pública, pero en medio de la discusión que han llevado a los medios se olvidan de lo central: el tabaquismo está matando como nunca antes.
Es una pandemia lo que está pasando con los fumadores y los adictos a este vicio, pues se está empezando a fumar cada vez más chavos. Estratégicamente, incluso, la industria se las ha ingeniado para ir por más clientes potenciales, incluyendo sabores a los cigarrillos: pepino, sandía, fresa, durazno y otras frutas, que incita a las personas a probarlo o “darles las tres”, como se dice, cada vez más chicos, ahora desde la secundaria o primaria con mayor normalidad.
De eso no hablan. Buscan los tabacaleros obviar esa realidad y se van por el tema del “mercado negro” y el trabajo de campo y producción de tabaco, la cadena de producción y la venta. Pero el problema va más a fondo, pues el tabaquismo es la primera causa de muerte prevenible en México, pero sus efectos negativos también se trasladan a la economía.
Estudios serios de mediados de 2001 revelan que anualmente 63 mil 200 personas mueren por causas relacionadas con el tabaquismo y cuesta más de 116 mil millones por año la atención médica en hospitales y centros de salud por las patologías que provoca, incluyendo cánceres, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y afecciones cardiovasculares.
De eso ninguna palabra por parte de la industria. Los datos provienen de un estudio de modelado matemático realizado por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) en conjunto con otras organizaciones como Salud Justa Mx. Los investigadores también calculan que, si se aumentaran los impuestos a productos del tabaco y su precio subiera 50 por ciento, se podrían evitar 49 mil 357 muertes en 10 años y el país obtendría un beneficio económico total de 309 mil 847 millones en concepto de ahorros de costos al sistema de salud y en cuidadores; aumento de la recaudación impositiva; y aumento de la productividad laboral. El estudio agrega que estamos hablando de un monto con el cual se podrían construir, por ejemplo, cinco mil 384 escuelas.
Esa información la evitan y no les gusta a los interesados discutirla porque salen perdiendo, porque prefieren que cada vez se fume a más temprana edad y se bombardee a las personas con publicidad excesiva y no se regule como en otros países. Sólo piensan en el negocio y sus ganancias, aunque como cualquier droga, el consumo de esta mate a las personas.
UPPERCUT: Quedó demostrado que la popularidad de Enrique Alfaro no está bien. Tras proponer cambiarle de nombre a uno de los estadios de fútbol de Jalisco, el gobernador no solo recibió críticas, sino que fue repudiado con saña por la opinión pública. Que primero someta a discusión si su estrategia de seguridad es la adecuada en lugar de nombrar al estadio con el apodo o nombre completo del “Rey de Fútbol”, Edson Arantes do Nascimento, Pelé.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ