A partir de los tiempos de la televisión, existe el dilema de si los programas son reflejo de la sociedad o si esta es una repercusión de la tv. Considero que pueden ser ambas en una espiral difusa, primero como reflejo social y después como una serie de reproducciones posteriores. Mario Puzo, autor de “El Padrino”, la afamada novela publicada en 1969 y algunos años después adaptada fielmente a su versión cinematográfica por Francis Ford Coppola, da cuenta de esto.
Vito Andolini, mejor conocido como Don Vito Corleone, es un personaje ficticio el cual encarna a “il capo dei capi” (jefe de jefes) de la mafia italiana y quien representa a todo “mafioso” alrededor del mundo. Aunque no ha perdido vigencia, El Padrino se encuentra otra vez en boca de todos ya que hace unos días, la policía italiana ha aprehendido, después de tres décadas en fuga, a Matteo Messina Denaro, a quien se le imputan más de 50 asesinatos, presunto líder de la Cosa Nostra y capo dei capi de la mafia siciliana, organización delictiva con presencia a nivel mundial, por encima de los Camorra, mafia napolitana (quien también tiene su novela y filme con el nombre de “Gomorra”) y de la mafia calabresa ‘Ndrangheta.
Ante este hecho, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, ha calificado esta detención como una “victoria del estado italiano” y dice demostrar que “Italia no se rinde ante la mafia”. El arresto de Messina fue realizado en un hospital privado de Palermo, donde “el Padrino” se realizaba estudios periódicos y recibía tratamientos de quimioterapia por un cáncer de colon con metástasis en el hígado. Este aprisionamiento también expone lo que tanto Puzo como los carabineros italianos tienen bien sabido: los capos de la mafia nunca se alejan de su lugar de origen.
Como lo plasma la película de Coppola en la secuencia donde Michael Corleone envía un “mensaje” a la policía, otros líderes y al Estado, dinamitando y asesinando a todo aquel que estorbe a su paso, a Matteo Messina se le imputan los delitos de acabar con la vida del juez antimafia, Giovanni Falcone, su esposa y la escolta que lo protegía al estallar explosivos colocados bajo una autopista; asimismo también se le señala por el asesinato de Paolo Borsellino, juez que sucedió a Falcone, iniciando una cruenta guerra en toda Italia, sin embargo en el año de dichos atentados (1992), Salvatore Riina, era quien lideraba a la Cosa Nostra y Messina -a quien Toto Riina quiería de sucesor- llevaba 4 años en el auto exilio.
Así, con el arresto de Matteo Messina parece que se acaba la era de los corleoneses, como también se le conoce a la Cosa Nostra, empero ¿con esto se termina con la mafia siciliana? La respuesta es no. Como pasa en la novela de “El Padrino” y como sabemos -de manera sufrida e involuntaria- los latinoamericanos que hemos padecido al crimen organizado, solo cambiarán las correlaciones de poder al seno de la mafia italiana, quizá Camorra sea quien lidere o sea el turno de la Sacra Corona Unida o simplemente se haga un “efecto hormiguero” dentro de la organización que heredó Messina y muten en células más pequeñas.
No lo sabemos, pero lo que sí veremos en un tiempo cercano será una serie de televisión que exponga la vida y obra de Matteo Messina, también conocido como U’Siccu (El Seco).
POR ADRIANA SARUR