27 de Noviembre de 2024

DESDE AFUERA / EU ¿Presionar por colaborar? / JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

columnas heraldo

 

 

Una propuesta de ley que autorizaría el uso de fuerza militar para combatir a los cárteles del narcotráfico en México se encuentra entre los pendientes de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense.

Y aunque difícilmente llegará a ningún lado, refleja lo que piensan algunos legisladores y un cierto número de estadounidenses. Y por supuesto, que tiene la capacidad para crear problemas en la relación entre Estados Unidos y México.

De acuerdo con el autor de la legislación, el diputado republicano Dan Crenshaw, de Texas, es el momento de enfrentar a los grupos criminales mexicanos. "La diferencia es el fentanilo", alegó recientemente.

"Esto no es un problema de drogas. Esto es una cuestión de envenenamiento. Y están matando a unos 80 mil estadounidenses al año. Y el gobierno mexicano hace muy poco para frustrar esto", dijo en una entrevista de televisión.

Que la propuesta como tal tiene muy pocas oportunidades de concretarse es cierto. De hecho, es posible que ni siquiera llegue a consideración de comités, un paso indispensable en el proceso legislativo, a menos que el nuevo liderazgo de la Cámara baja desee enviar una serie de mensajes.

El primero, por supuesto, es su interés político en el tema del fentanilo. Según las cifras oficiales de EU, el uso de esa droga mata cada año a más estadounidenses que los que murieron durante los casi 20 años de su intervención militar en Vietnam.

El mensaje principal es, sobre todo, para los votantes en especial republicanos, que se quejan de la llegada de drogas y migrantes, principalmente, pero no sólo latinoamericanos, a través de una frontera que consideran vulnerable.

Se trata igualmente de una forma de presionar al gobierno del presidente Joe Biden, que en su opinión, no ha sido suficientemente enérgico al plantear las preocupaciones estadounidenses al régimen de Andrés Manuel López Obrador. "No todo pueden ser zanahorias", comentó Crenshaw.

De hecho, la posible ley daría a Biden nuevas armas para negociar con López Obrador desde una posición de fuerza, siempre, según la idea del legislador y probablemente de sus aliados, para quienes el gobierno mexicano siempre ha sido renuente a colaborar con Estados Unidos a menos que haya presiones de por medio.

El principal problema para la legislación es también interno. Por un lado, la propia mayoría republicana en la Cámara baja está dividida, y por otro, no controlan al Senado ni al Poder Ejecutivo.

La cuestión se transforma en un arma político-electoral republicana en cualquier caso. Si se acepta, porque le permitiría "imponer" como política de Estado una de sus soluciones predilectas, y si no, porque puede aprovechar el rechazo como muestra de la "debilidad" del gobierno Biden "en defensa" del pueblo estadounidense.

Al mismo tiempo, pone a los gobiernos de Estados Unidos y México en una posición incómoda.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

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