24 de Noviembre de 2024

TRES EN RAYA / Oda a los perros rescatistas / VERÓNICA MALO GUZMÁN

columnas heraldo

 

 

En medio de la tragedia hay una esperanza. Camina en cuatro patas, ladra y señala al encontrar a personas vivas entre los escombros. Por parte de México, 16 cuadrúpedos y sus binomios humanos se han dedicado a buscar y encontrar personas en las zonas afectadas por los recientes terremotos en Siria y Turquía. Hasta hoy, cuatro personas rescatadas con vida, además de varios muertos que al menos podrán ser sepultados por sus familiares.

La esperanza renace cada vez que un can avisa que ha encontrado a una persona; quienes buscan pasan de un silencio absoluto (esperando escuchar al atrapado) a una salva de vivas y aplausos cuando se desentierra a ese alguien. El perro que lo encuentra recibe el cariño de su binomio humano y el agradecimiento de miles.

Pero es muy triste cuando uno de esos buscadores fallece en su labor. Este domingo, el perrito mexicano rescatista, Proteo, uno de los 16 canes mexicanos enviados con sus binomios humanos, murió en Turquía. Se presume que fue por causas atribuibles a su misión de búsqueda. A las cifras devastadoras de muerte, más de 35,000 personas, 85,000 heridos y un número aún indeterminado de afectados, se suma la del can mexicano que dedicó su vida a encontrar a personas en situación de peligro.

El terremoto que azotó a los dos países arriba mencionados es el peor en número de muertos en dicha región en la última centuria, por lo que contar con los perros expertos en búsqueda es siempre necesario y urgente. A veces representa la última esperanza.

Diez de estos canes laboran en la SEDENA y los otros seis en de la Cruz Roja Mexicana. El trabajo de los binomios va contrarreloj y además en condiciones de peligro constante. El entrenamiento que se requiere para lograr que los perros de todas las razas, pero en especial grandes como el Pastor Belga, el Pastor Alemán o el Labrador puedan encontrar víctimas, se lleva a cabo en el Centro de Producción Canina a cargo de la SEDENA y la Fuerza Aérea Mexicana; otros perros reciben entrenamiento de “los topos” o de la Cruz Roja.

Todo empieza con ellos, los entrenadores. El trabajo se hace en pareja. Como si se tratase de un juego, lo inician a partir de los tres meses de edad de los cachorros, y continúan con el entrenamiento diario por cuatro horas durante un periodo que va de 12 a 18 meses, más otro año y medio de control hasta que están listos para poder actuar. Entre otras cosas, ellos y sus binomios aprenderán las órdenes en alemán, idioma “oficial” de los perros de búsqueda. Cabe aclarar que mismo con el entrenamiento, no todos los perros logran convertirse en perros certificados.

Cabe destacar, que México, a partir del terremoto que cimbró la Ciudad de México en 1985, se ha convertido en uno de los países que más ayuda ofrece en términos de binomios can-humano; estos saben cómo y dónde buscar. En nuestro país hoy en día existen 300 binomios de búsqueda, los cuales sirven tanto en México como en desastres internacionales como el que hoy sufren las naciones antes mencionadas. No todos los binomios se dedican a la búsqueda y rescate de personas. Hay otros que son utilizados para búsqueda de explosivos, drogas o en tareas de guardia y de protección.

“Los topos” surgieron durante el mencionado terremoto y ahora son un grupo profesional que ofrecen desde consultorías hasta talleres de protección y prevención. Ellos y socorristas de la Cruz Roja, la SEDENA y la SEMAR conformaron el grupo de 133 enviados por nuestro país a Turquía para ayudar en esta ocasión. Un viaje directo de más de 15 horas de duración y otras siete horas de traslado en autobús fue lo que les tomó arribar.

Algunos de los nombres de los perros rescatistas enviados a Turquía son: "Territorio", "Timba", "Barato", "Balanceo", "Bureta", "Biósfera", "Tardío", "Kiara", "Teología", "Proteo", “Orly", “Rex”, “July” y "Balam" (los cuatro últimos de la Cruz Roja).

“Frida” fue heroína en el terremoto de 2017 y durante su vida encontró ¡a 55 personas!; y ella, como muchos más perros, dedican su vida a salvar personas o hacerles la vida más fácil (perros guías y perros de compañía, especiales para ciertos padecimientos).

Esta oda estaría incompleta si no se menciona a todos los entrenadores de los canes, quienes también arriesgan su vida. A ellos, perros y humanos, ¡muchas gracias!

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN