Tras el anuncio que hicimos la semana pasada sobre la estrategia judicial que estamos siguiendo a favor de las escuelas con horario extendido, surge la pregunta natural: ¿qué sigue? Además de la conclusión del juicio de amparo, lo que sigue es alcanzar dos objetivos fundamentales: 1) la modificación de las Reglas de Operación de “La Escuela es Nuestra” (LEEN) para 2023 y, con ello, la reestructuración del programa en sí mismo y 2) la implementación de jornadas escolares de 6 a 8 horas en todas las escuelas de educación básica que forman parte del Sistema Educativo Nacional.
En primer lugar, la modificación de las Reglas de Operación de LEEN es necesaria para eliminar por completo la limitante ilegal y errónea que estableció la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el uso de los recursos destinados al horario extendido.
Las comunidades escolares necesitan, como mínimo, destinar mucho más que el 21% de los recursos que reciben por parte del programa al horario extendido, pero, además, se deben modificar las Reglas para garantizar que el 21% de la TOTALIDAD de los recursos de LEEN sean exclusivamente para este mismo componente, como lo establece el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2023. Para ello, resulta fundamental que la SEP sepa qué hacen con los recursos cada uno de los Comités Escolares de Administración Participativa (CEAP).
Las Reglas de Operación deben asegurar que los CEAP reporten qué van a hacer con los recursos una vez tomada la decisión y así la SEP, a través de la Dirección General del programa, distribuir los cinco mil seiscientos millones de pesos a las escuelas que requieran ampliar la jornada escolar en sus escuelas. Adicionalmente, se deben definir las fórmulas de asignación exclusivas para este componente, las cuales deben tomar como referencia los montos que permitían la operación del extinto Programa “Escuelas de Tiempo Completo”, con el respectivo ajuste inflacionario.
Hacia adelante, las escuelas de educación básica de nuestro país deben contar con jornadas de 6 a 8 horas independientemente de si forman parte de un programa o no. No sólo porque son esenciales para reforzar los aprendizajes, sino porque también son una herramienta fundamental para la recuperación de los mismos tras la pandemia; tampoco solamente porque las escuelas con jornada ampliada han demostrado aumentar la asistencia escolar y disminuir el abandono; ni sólo por permitir una mayor convivencia entre niñas y niños, abonando a su salud socioemocional.
En fin, no sólo porque las escuelas con jornadas de 6 a 8 horas hacen frente a la crisis educativa que estamos viviendo, sino también porque así se comprometió el Gobierno federal con la expedición de la Ley General de Educación y el Plan Sectorial de Educación. Desde Mexicanos Primero, seguiremos empujando para que así sea.
Por Fernando Alcázar Ibarra