24 de Noviembre de 2024

CAMPUS / Clear and present danger / ALEJANDRO ECHEGARAY

columnas heraldo

 

 

William Barr considera que Estados Unidos ya no puede tolerar a los cárteles del narcotráfico. Se refiere a las organizaciones criminales de México.  Quien fungiera como abogado general estadounidense durante el trumpismo, en un texto publicado por el periódico estadounidense The Wall Street Journal, deslizó la idea de darle –a los cárteles mexicanos— el estatus de grupos terroristas.

Dan Crenshaw y Michael Waltz, republicanos de Texas y Florida, han propuesto una resolución conjunta que otorgue al presidente la autoridad para usar el ejército de Estados Unidos contra las organizaciones criminales en México.

Esta medida dispensa a las farmacéuticas que atiborraron al público estadounidense con OxyContin y Vicodin, y que han generado una crisis sanitaria de mayor calado, por lo menos en el número de bajas, que la Segunda Guerra Mundial.

Se estima que el costo total de la epidemia que han causado los estupefacientes en ese país es de 5 por ciento del producto interno bruto.

De acuerdo con Barr, los cárteles mexicanos han florecido porque las administraciones mexicanas —con excepción de la Calderonista— no han estado dispuestas a enfrentarse a ellos.

Barr acusa que su principal facilitador es el presidente Andrés Manuel López Obrador. Y estipula que al ser una amenaza a la seguridad nacional de la Unión Americana, los cárteles deben ser enfrentados con una participación activa de las fuerzas del orden y la inteligencia de Estados Unidos.

Al parecer, la degradación institucional y la corrupción sin límites que se detonó con el arribo del obradorismo, ha roto la homeostasis de la relación bilateral.

Las voces del trumpismo se han hecho escuchar, pero no son las únicas: el fiscal general Merrick Garrland,  secundó la propuesta de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y de los congresistas Republicanos.

Para los legisladores republicanos y los burócratas de la comunidad de inteligencia estadounidense, los cárteles mexicanos están más cerca de parecerse al grupo islamista Daesh que a la mafia que han combatido intramuros por décadas.

La relación entre la comunidad de inteligencia de nuestro vecino y el gobierno morenista transita por su hora más triste. El fiasco del caso del general Salvador Cienfuegos, detenido hace año y medio por tráfico de drogas, enfrió la colaboración que históricamente se había dado entre las dos naciones.

La destitución de Nicholas Palmieri, representante de la agencia antidrogas en México, también contribuyó a disminuir el nivel de cooperación entre las agencias de seguridad en ambos lados de la frontera.

La idea generalizada de que el gobierno estadounidense podría hacer mucho más en la guerra en contra de las drogas tendría que activar las alarmas en México. Los abrazos, al parecer, ya dieron de sí. Primera llamada, primera.

POR ALEJANDRO ECHEGARAY