La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de adquirir 13 plantas de energía a Iberdrola, es un reflejo de como la historia de la industria eléctrica ha oscilado entre la concepción de un sector estratégico bajo la rectoría del Estado al servicio del pueblo y el criterio de un negocio privado en beneficio de unos cuantos.
Con esta segunda nacionalización, entendida como el rescate de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para atender a precios accesibles la demanda de servicio eléctrico, sacándola de manera definitiva del círculo vicioso donde se le puso a competir en condiciones sumamente desventajosas, le permitirá aumentar su generación de 39.6% a 55%.
Con ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha actuado como un verdadero estadista, porque en momentos donde se vive una crisis energética global que han multiplicado los precios hasta por 15 desde comienzos de 2021, con graves efectos para las familias y las empresas, se anticipó a generar las condiciones para fortalecer la seguridad y soberanía energética de México con una visión de sustentabilidad.
Con acciones que van desde la construcción de la Refinería Olmeca, rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación, la adquisición de la refinería Deer Park, así como la rehabilitación y modernización de las centrales eléctricas de la CFE, hasta la construcción del parque fotovoltaico más grande de Latinoamérica se ha garantizado el abastecimiento, así como la estabilidad y accesibilidad de los precios.
También ha enviado iniciativas al H. Congreso de la Unión para reformar diversas disposiciones en materia energética, que se han traducido en el fortalecimiento de PEMEX y la CFE.
Con base en estos resultados y desde una perspectiva histórica, podemos asegurar que al recuperar la rectoría del Estado Mexicano en el sector eléctrico y devolverle su carácter estratégico y social que le fue arrebatado con la reforma energética de 2013, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha llevado a cabo la Cuarta Transformación del Sector Eléctrico.
Los protagonistas de la Primera Transformación Eléctrica fueron los presidentes Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas, quienes, ante la indiferencia de las empresas extranjeras para atender la electrificación del grueso de la población, dan origen a la CFE y crean el marco regulatorio del sector.
El decreto de 1949 para convertir a la CFE en un organismo descentralizado que se tradujo en un crecimiento del 54% de su capacidad de generación, representa la Segunda Transformación del Sector.
Posteriormente disminuye su capacidad a un 40% y ante la exigencia de las empresas extranjeras de incrementar las tarifas, el presidente López Mateos lleva a cabo la Tercera Transformación del Sector Eléctrico, con la primera Nacionalización de la Industria Eléctrica en 1960.
Y tal como lo advirtió en aquel entonces, con la reforma energética de 2013, “algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país por medios sutiles -entregaron- de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros”.
Tuvo que llegar, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, con una operación de seis mil millones de dólares, aumentó el número de plantas de la CFE de 39 a 55, para garantizar la electricidad a todos los mexicanos como un servicio púbico a precios asequibles.
POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
DIPUTADO FEDERAL