Si bien la conexión que genera la reciente fusión de la empresa Canadian Pacific con Kansas City Southern pareciera una nota regional norteamericana, es en realidad sobre una nueva conectividad terrestre soñada por más de un siglo entre la región mesoamericana y el norte del continente. Algo que incluso ha sido referido en la literatura regional.
La ahora CPKC representa un sistema ferroviario de un continuo desde Canadá que cruza de norte a sur el centro de los Estados Unidos de América, el noreste y centro mexicanos, para conectar con el puerto Lázaro Cárdenas en el estado de Michoacán en la costa del Pacífico y el de Veracruz en el Golfo de México. En tres años se prevé la integración completa de ambas compañías se dio a conocer el viernes 14 de abril de este año.
De ahí, lo que ahora se puede esperar en adelante es una tendencia a mayor conectividad ferroviaria hacia el sur y sureste mexicano, que se combina con mayor acercamiento al resto de las rutas terrestres que benefician la movilidad de carga regional.
Con este habrá más posibilidades de servicios y conectividad ferroviaria hacia el sur. Por la parte mexicana ya se realiza aquel que cruzando el Istmo de Tehuantepec conectará por vías ferroviarias el puerto de Salina Cruz en el estado de Oaxaca con el Golfo de Veracruz próximamente. Así como el que conecta el sureste mexicano con la península de Yucatán, en la costa del Caribe.
Como es bien sabido, todos los caminos se juntan, tarde o temprano. Especialmente cuando se habla de infraestructura como la que ahora se anuncia con la puesta a andar del nuevo sistema ferroviario regional. Antes siempre ha estado el trazado y deseo de conectar la red ferroviaria mexicana y la de América Central con las del resto continente.
Queda por saber cuáles serán los efectos inmediatos y de mediano plazo en las regiones colindantes en el campo social y del desarrollo sostenible, algo que implica la colaboración local, subregional y de todos los involucrados y afectados. En particular, la perspectiva de la vinculación de la nueva red con las redes ferroviarias de los países del litoral del gran Océano Pacífico y con América Central en el nuevo contexto de rutas terrestres y marítimas al nivel global.
Belice ya venía dialogando para favorecer establecer un nuevo diseño de conectividad ferroviaria con México. El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) se comprometió desde 2021 a financiar estudios de factibilidad de por lo menos 4 proyectos con el objetivo de conectar la región a través de una red de trenes que favorecería el transporte de pasajeros y de mercancía.
El mismo año, la Asociación Latinoamericana de Ferrocarriles (ALAF) expresó el interés de que el proyecto de integración ferroviaria entre México y América Central se retomará en 2022. Entonces Miguel Ángel Samayoa, secretario adjunto y delegado regional entonces de la ALAF argumentaba que podría reducir hasta un 30% de mercancías en una ruta que iría desde la frontera con México hasta Panamá.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ CHÁVEZ
@GUADALUPEGONZCH