23 de Noviembre de 2024

La justicia no es igual a la cárcel / Los sistemas penitenciarios no cumplen con su finalidad / DIANA MURRIETA

columnas heraldo

México cuenta con sistemas penitenciarios rebasados en todos los aspectos; en población, en presupuesto, en personal pero sobre todo en justicia. En nuestras cárceles no se encuentran únicamente los culpables de delitos, se encuentran también las poblaciones más marginadas y vulnerables de nuestro país.

Nuestro contexto social y antropológico nos desarrolló la idea de que las cárceles son centros donde se encuentra “la gente mala,” que está pagando una condena debido a un acto que ocasionó daño en otra esfera; hace algunos años tuve la oportunidad de visitar por primera vez un centro de reinserción en compañía de una de las asociaciones civiles mexicanas que trabaja y conoce estos temas que es La Cana, reconozco que antes de entrar tenía los mismos estereotipos que fueron generados en la sociedad y tenía nervios.

Una vez que estuve dentro me di cuenta que, cómo también en el exterior, hay de todo; gente amable, bondadosa, generosa, inocente, así como personas que son culpables, que no tienen arrepentimiento ni pretensiones de cambio. Esa experiencia cambió mi manera de ver la realidad de mi país en cuanto a justicia.

De acuerdo a cifras del INEGI en México el 40% de las personas privadas de la libertad no tienen una sentencia, es decir, ni siquiera existe una certeza profunda de que sean culpables de lo que se les está acusando y esto puede durar años; si entendemos a la justicia como el principio de derecho de “dar a cada quien lo que le corresponde,” ¿a estas personas eso les corresponde?

El tema carcelario también es un tema de género, a pesar de que de acuerdo al mismo organismo las mujeres solamente ocupan el 5.6% de la población total de personas privadas de la libertad; la cifra de mujeres sin sentencia en estas condiciones aumenta al 52.1%.

Hace algunos meses tuve contacto con Elisa María Zaldívar Barcelata que es una mujer que está siendo víctima de violencia sistemática y vicaria; actualmente se encuentra privada de la libertad en el Centro Penitenciario de Cancún desde el año pasado, ¿su delito? Haber tenido un hijo con un hombre con poder y posibles desórdenes mentales.

Elisa realmente no cometió ningún delito y se le acusa sin siquiera tener una sola prueba de esto, pero no entraré a detalles aún; Elisa es solo un caso de los miles qué hay, eso es lo desolador, qué hay muchas Elisas y hay muchos sistemas de justicia doblegados por el poder y el dinero de agresores.

Alguna vez escuché que en México no se criminaliza el delito si no la pobreza, a esto le agregaría que se criminaliza ser mujer, ser mamá y no tener el mismo poder político o social que los agresores.

Diana Murrieta