27 de Noviembre de 2024

Modelos mixtos económicos / LUIS DAVID FERNÁNDEZ ARAYA

columnas heraldo

 

 

América Latina, en la actualidad, presenta un panorama de claroscuros que no es nuevo, ya que de acuerdo al historiador David Landes la región se ha caracterizado por ser una zona mixta entre las naciones "perdedoras" de la riqueza, al presentar un desarrollo tecnológico irregular y carecer de un espíritu empresario completo.

Para visiones más pesimistas, como la de Moisés Naím, América Latina es un tipo de Atlántida contemporánea, un continente perdido en su confusión. Estas visiones contrastan con las nociones que señalan que las causas de los problemas latinoamericanos se encuentran en los factores externos o macroestructurales como la globalización, el imperialismo o en las características intrínsecas del capitalismo, al descartar las responsabilidades locales y los márgenes de maniobra que tuvo la región durante el siglo XX para ubicarse en el sistema internacional.

A este respecto, los grados de maniobra para aplicar las reformas económicas dirigidas hacia el mercado, la inserción internacional, el papel del Estado y el surgimiento de nuevos actores sociales son los resultados de las decisiones tomadas todavía son confusos por el complicado tránsito desde economías protegidas y de producción industrial hacia economías que siguen las señales de mercado internacional.

Pongo énfasis en las contradicciones del modelo proteccionista vigente hasta la década de 1980 que contenía la semilla de su crisis, como también en las reformas hacia el mercado que no han logrado desplazar por completo al Estado. En mi análisis se aborda a través de nueve apartados que cubren un periodo histórico de cuatro décadas y un espacio que considera a Sudamérica, México y América Central, descartando a Cuba por su peculiar realidad y su escasa correspondencia con el resto de la región.

A pesar de las diferencias y distancias, desde México hasta la Argentina la región se nos presenta como un mosaico de paradojas que después de la Guerra Fría han convergido hacia un proceso de globalización caracterizado por la liberalización, privatización, desregulación y apoyo a los derechos de propiedad, pero también en un ambiente de creciente corrupción y nuevas formas de crimen organizado.

Esta convergencia ha sido poco comprendida debido a la proliferación de escritos académicos y políticos que señalan que los problemas de la región se deben, mayoritariamente, a la globalización y al peso hegemónico de Estados Unidos. Esto se ha dado a pesar de que la región mantiene un bajo nivel de inserción internacional, y que América Latina no tiene una gran relevancia estratégica para esa potencia. Ejemplo de esta visión fueron, en su momento, los diagnósticos sobre el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), iniciativa hemisférica que se adoptó en la Primera Cumbre de las Américas de Miami en 1994, pero que debió esperar hasta la IV Reunión Ministerial de Comercio en San José, Costa Rica, en 1998, para establecer las negociaciones y fijar el año 2005 para su firma. Pero el ALCA nunca se firmó por las asimetrías entre los 34 países involucrados, la inicial lentitud y falta de interés de los gobiernos y el desacuerdo sobre los subsidios de Estados Unidos y Brasil que compiten en los mercados agrícolas. Un año antes, el National Intelligence Council de Estados Unidos, en su prospectiva hacia el año 2020, había indicado que el ALCA no sería tema en la futura agenda regional. A pesar de su fracaso, críticos y analíticos le dieron vida en abril de 2005 cuando se celebró el IV Encuentro Hemisférico de lucha contra el ALCA en La Habana, Cuba, donde el presidente venezolano Hugo Chávez declaró que "El ALCA es la integración para destruirnos". Este tipo de acciones políticas, a pesar de sus imprecisiones empíricas, se apoyan en una producción académica que señala que el ALCA tiene objetivos de dominación al estar bajo la "batuta hegemónica mundial" de Estados Unidos. Esto es un reflejo de visiones conspirativas sobre las relaciones internacionales, los negocios y los cambios tecnológicos. Al enfocarse sobre los intereses de seguridad tratan de explicar un continuo histórico de dominación, devastación planetaria y desnacionalización.

Pero estas visiones no consideran la variedad de aproximaciones para entender la globalización a través de las tesis de novedad, de retorno, de continuidad y de transformación. Vale la pena destacar que las tesis de retorno y continuidad son escépticas y no ven nada particularmente nuevo a la lógica del capitalismo,aunque son las más populares en las ciencias sociales de la región.

Por ello proponemos cortes de tiempo, procesos, casos y actores que destacan la relación entre la responsabilidad local y las transformaciones internacionales.

POR LUIS DAVID FERNÁNDEZ ARAYA