23 de Noviembre de 2024

ORBITANDO / Un hijo muy incómodo / Israel López Gutiérrez

columnas heraldo

 

 

Hunter Biden, hijo del actual Presidente de Estados Unidos, está convertido en un arma política electoral para demócratas y republicanos, ambos partidos tienen tela de donde cortar para su propio beneficio, sobre todo, por su pasado en el mundo de los negocios, sus adicciones y la portación de armas de manera ilegal. 

El pasado martes, se declaró culpable de dos cargos por evasión de impuestos federales y porte ilegal de un arma. Hunter llegó a un acuerdo para no ser juzgado o pisar la prisión, esos dos escenarios representarían un duro golpe para las aspiraciones presidenciales de su padre. 

Pero, también un fuerte impulso para las campañas de los varios aspirantes republicanos, que buscan la Presidencia de Estados Unidos, son tiempos electorales y, seguro, no van a dejar pasar el momento y la oportunidad.

La decisión de declararse culpable tiene su carga política electoral importante, porque acepta su culpa y manda el mensaje de que el hijo del Presidente estadounidense tampoco está por encima de la ley, y que si es culpable tiene que responder ante la justicia. 

La medida marca la pauta para restregársela al expresidente Donald Trump, quien también tiene varios procesos legales a sus espaldas, pero en todos ha negado su culpabilidad, y mejor se hace pasar como una víctima del gobierno de Biden, quien representa el obstáculo más difícil para que pueda regresar a la Casa Blanca.  

La historia de Hunter –de 53 años de edad– está ligada en buena medida a Ucrania, tras ser reclutado en 2014 por la gasera Burisma Holdings, en tiempos en que su padre era vicepresidente de EU en la administración de Barack Obama, desde entonces los republicanos y grupos empresariales han insistido en que se investigue sus probables negocios turbios.

Esas sospechas fueron utilizadas por Trump durante su mandato, presionando al Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, a través de su abogado Rudy Giuliani, para que investigara los posibles fraudes de Hunter, quien, por cierto, ha aceptado sus problemas con las adicciones, sobre todo, después de la muerte de su hermano, Beau, en 2015. 

El hijo de Biden trabajó en Burisma hasta 2019, con un sueldo de 50 mil dólares mensuales. El fundador de la compañía era un aliado político de Viktor Yanukovych, el Presidente de ese entonces en Ucrania, cercano a Rusia, y que fue expulsado en febrero de 2014, después de unas protestas masivas en el Maidán.

Lo cierto, es que después de que su padre se convirtió en vicepresidente, Hunter aprovecho y forjó relaciones de negocios con intereses extranjeros que le redituaron millones de dólares, los que generaron cuestionamientos sobre su intención de aprovechar el apellido de su familia, se llama tráfico de influencias.

Hoy se mantiene sobrio y ya no está involucrado en negocios en el extranjero, pero su pasado le pisa los talones, peor aún, tiene con los dedos en la puerta a su padre, quien busca reelegirse. Papá Biden ya dijo que es su hijo, lo ama y siempre lo va apoyar.

POR ISRAEL LÓPEZ

COLABORADOR