El pasado domingo 26 de junio se celebraron elecciones generales en Guatemala, con resultados que perfilan el nuevo cuadro político gubernamental y parlamentario que determinará muchas de las condiciones de paz y estabilidad en la región mesoamericana, América Latina y El Caribe.
El panorama preliminar de resultados da la razón a quienes plantearon que se agotaban las opciones a las políticas gubernamentales actuales en Guatemala. Descubren una nueva correlación política, factor clave para los espacios regionales y de política internacional en los que participa.
Una decisión que dependió de una participación ciudadana de más de 60.48%, que puede cambiar en la segunda ronda. Con 98.6% de actas procesadas ya se conoce que se prepara el balotaje en segunda vuelta de la que dependerá la definición final de los votantes el 20 de agosto próximo.
Con un poco más de 98 por ciento de actas contabilizadas, el partido Unión Nacional de la Esperanza, UNE acumula 15.78 por ciento del voto, Movimiento Semilla 11.80 por ciento y el resto de las y los contendientes a la Presidencia y vicepresidencia menos del ocho por ciento en la contienda por la fórmula presidencial, incluidos los del partido en gobierno actual y sus principales aliados.
Con más de 30 años de experiencia política y de origen socialdemócrata con posiciones cada vez más conservadoras, Sandra Torres enfrentará por tercera vez una segunda ronda electoral junto con el expastor evangélico Romeo Guerra como candidato a vicepresidente. Es conocida por su relevante papel en la política y el gobierno durante la presidencia de su esposo Álvaro Colom de 2008 a 2012.
Con Bernardo Arévalo en la fórmula para la Presidencia y Karin Herrera a la vicepresidencia la formación política, Movimiento propone construir democracia, equidad como eje en la orientación de la acción pública, reconocer un país plural, economía humana, respetar la naturaleza.
Arévalo de León y Karin Herrera conocen bien la arena política y social de su país. Para las oficinas presidenciales, Semilla integra una combinación político social con un parlamentario que es sociólogo con doctorado en filosofía y antropología que ha participado en la diplomacia guatemalteca como embajador en España y viceministro de relaciones exteriores, con una catedrática e investigadora reconocida por su labor ambiental, en las ciencias sociales y políticas, en la química y la biología.
Bernardo Arévalo ha sostenido que la seguridad democrática debe acompañarse del diálogo multiactor con acción participativa. Ahora avanza en el centro de un nuevo contexto de cambio político como cuando su padre, Juan José Arévalo Bermejo fue presidente de Guatemala de 1945 a 1951 al regresar del exilio en Argentina en el año 1944.
Una de sus participaciones relevantes en el campo de la construcción de la paz en condiciones de conflicto fue en el proceso de diálogo POLSEDE “Hacia una política de seguridad para la democracia” que inició en 1999 y acompañó el cumplimiento de los Acuerdos de Paz, en particular el Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática, AFPC, en el que participaron expertos de WSP Internacional, FLACSO Guatemala, España y Ginebra.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ CHÁVEZ
Catedrática universitaria