23 de Noviembre de 2024

ORBITANDO / Bukele se destapa como dictador / Israel López Gutiérrez

columnas heraldo

 

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció que buscará su reelección, pese a que la Constitución de ese país, en su artículo 152 lo prohíbe, respaldado por sus altos niveles de aprobación debido a su combate abierto a las pandillas o maras y, por consecuencia, los descensos de la violencia y criminalidad. 

Legalmente, la candidatura de Bukele se sustenta en un controvertido fallo de la Sala Constitucional, cuyos jueces, nombrados por el propio mandatario y leales a él, hicieron una lectura de la Constitución que despeja el camino del popular Presidente para repetir mandato. Al puro estilo de Evo Morales. 

Bukele lleva casi un año y medio gobernando El Salvador con estados de excepción, 15 para ser precisos, bajo la venia de la Asamblea Legislativa, que está también bajo el control de su partido Nuevas Ideas (NI) –en alianza con Arena logra 61 de 80 posibles escaños, el partido sólo tiene 56 legisladores–. 

El estado de excepción suspende tres garantías constitucionales: la libertad de asociación; el derecho de defensa y a contar con un abogado. 

Además, extiende el tiempo en el que una persona es detenida, antes era de 72 horas y ahora son 15 días, los agentes pueden intervenir correos y teléfonos celulares de personas que consideren sospechosas de algún delito. En pocas palabras, el aparato policiaco actúa con toda impunidad. 

El 1 de junio de 2019, Bukele asumió como Presidente, ese mismo día prometió una lucha sin cuartel contra la violencia y la inseguridad, enfocándose en las pandillas: Mara Salvatrucha (MS-13) y a la Barrio 18, desde entonces unos 69 mil pandilleros se encuentran en prisión.

Antes de la llegada de Bukele, El Salvador tenía una tasa de 50.3 homicidios por cada 100 mil habitantes, una de las más altas del mundo, según la ONU. En 2022, se registró la tasa más baja en 16 años, con 35 por cada 100 mil habitantes. 

Eso catapultó la popularidad de Bukele, quien en cuanto llegó al gobierno pactó de manera secreta con los líderes mareros para bajar los niveles de violencia, eso provocó una caída rápida de los asesinatos. Pero luego los traicionó.  

El 25 de marzo de 2022, la MS-13 rompió el acuerdo y en sólo tres días se reportaron 87 muertos. Acto seguido, el mandatario redobló y potencializó a las fuerzas del orden para declararle la guerra a las pandillas con estados de excepción. 

El modelo ha funcionado, pero hay muchos focos de alerta, que van desde abuso de la fuerza policiaca, detenciones arbitrarias, peor aún, de inocentes que cometen el pecado de vivir en la periferia de influencia de los pandilleros o aprensiones de sus familiares, que nada tienen que ver.  

Por cierto, un modelo que ha comenzado a replicar su vecina hondureña Xiomara Castro. 

Aunque lo que realmente preocupa, es que Bukele cada vez toma más aires de dictador, no sólo reprime y aplasta todo lo que le estorba, también está pensando en perpetuarse en el poder. Pero que le pregunte al expresidente de Honduras, Manuel Zelaya, quien tuvo que huir antes de poderse reelegir.

POR ISRAEL LÓPEZ

COLABORADOR