Vivimos en la era de la Cuarta Revolución Industrial, también conocida como la Revolución Digital, donde la tecnología ha transformado radicalmente la forma en que vivimos, trabajamos e interactuamos.
La conectividad global nos permite acceder a información instantánea y comunicarnos con personas de todo el mundo. A través de internet podemos obtener conocimientos, educarnos, realizar transacciones comerciales, buscar empleo y participar en comunidades virtuales.
Avances como la Inteligencia Artificial, la realidad virtual y aumentada, están transformando industrias enteras y creando nuevas formas de hacer negocios.
En este contexto, empresas como Meta (anteriormente conocida como Facebook) están a la vanguardia de la innovación tecnológica, lanzando productos y servicios que intentan impulsar el progreso en la era digital. Sin embargo, es importante reconocer que, aunque hay avances significativos, aún existe una brecha entre quienes pueden aprovechar plenamente estas tecnologías y aquellos que no.
La brecha digital de género y la falta de acceso equitativo a la conectividad y las habilidades tecnológicas son desafíos que no pueden pasarse por alto. A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más digital, es crucial abordar estas disparidades.
A nivel global, la brecha digital persiste, con aproximadamente la mitad de las mujeres sin acceso a internet según datos de la ONU. Esto se debe a barreras económicas, falta de infraestructura y normas culturales restrictivas.
La falta de alfabetización digital y habilidades tecnológicas es otro desafío importante. Las mujeres tienen menos oportunidades de recibir capacitación en tecnología, lo que limita su capacidad para aprovechar las herramientas y oportunidades en línea. Además, en campos STEM y roles de liderazgo tecnológico, contribuye a perpetuar la brecha digital.
A pesar de estos desafíos, existen oportunidades para el cambio, al invertir en programas educativos que promuevan la alfabetización digital desde una edad temprana. Podemos empoderar a las niñas y mujeres para que aprovechen al máximo las herramientas y recursos disponibles en línea.
En México, la brecha digital de género también es un desafío importante. Esta disparidad se acentúa en áreas rurales y comunidades marginadas, donde las mujeres enfrentan mayores barreras para acceder a la conectividad.
Todo esto y más es importante para cerrar la brecha de género, pero considero que existe una más que sólo depende de nosotras las mujeres. Despertar el interés por ser parte de esta historia tecnológica con más fuerza. Acercarnos a más role models, descubrir el impacto que tendría en nuestras finanzas y acceso a oportunidades el estar preparadas para ocupar un espacio en esta revolución. Nunca hay que olvidar que nosotras nos construimos el camino y que, si bien es cierto que se requiere el apoyo de varios actores en el proceso, a nosotras nos caracteriza la capacidad de ir hacia adelante incluso cuando todo va en contra.
POR MICHELLE FERRARI