Escuchar las frescas y nutritivas voces de los jóvenes desde la perspectiva que su generación, les permite avizorar, a otros, con su natural inquietud y sapiencia, la revelación de costas antes no vistas.
Escuchar y aprender de interpretaciones libres de prejuicios e intereses intransigentes y parciales, provenientes de las mentes frescas de la juventud, deberá ser consideradas, prioridad nacional.
Escuchar al inédito sector más limpio y floreciente de la población naciente acerca de las múltiples realidades, observadas menudamente, sin manipulaciones obstruccionistas, como tampoco, protegiéndose de las consecuencias causadas por interpretaciones afectadas por nubarrones saturados de información, proveniente de quién sabe dónde, simplemente, es inteligente.
Entre la población en general, a quiénes importa el origen de las realidades imperantes, así como la calidad de los acontecimientos
cotidianos que asoman descaradamente su influencia amenazante en el trazo del destino colectivo que inevitablemente nos impactará a todos, nos advierte, reclaman nuestra atención, para evaluar el rumbo, indagar la fuente que provocan intereses y consecuencias que inevitablemente mueven las decisiones de los gobernantes.
En tales circunstancias los ciudadanos de conciencia activa, requieren, construir diques, puentes y nuevos cauces, para evitar el desperdicio, corrupción, así como daños que produce la indiferencia, que no frena la ruta equivocada que conduce a todos hasta la orilla de algún precipicio.
Entre las causas que originan estos peligros están la mala dirección, tan grave como o el impulso de criminales intereses.
Da igual, perversión o ignorancia, que solo buscan el bien menor que privilegia sus intereses, a costa de un inmenso costo y daño
colectivo.
La juventud mexicana esta ávida de encontrar sentido a su existencia, descubrir claramente el punto al cual dirigir sus esfuerzos. Como encontrar sentido, propósito y valor a sus vidas. Ser tomados en cuenta. Conocer que su interés y opinión será importante, y nada ni nadie lo puede menospreciar.
Los jóvenes de hoy, saben muy bien que lo primero, es decidir, lo que en su opinión debería ser prioridad humanitaria, proteger al
planeta, preeminencia equivalente a protegerse a si mismo. Aprender a interactuar y convivir con equilibrio sobre la tierra, en armonía, humanidad y respeto al hogar planetario, es indispensable.
De que sirve ser, según científicos, antropólogos, sociólogos y humanistas, que los sapiens seamos la única especie inteligente, capaz de pensar y razonar acerca de cómo disponer de la facultad original para ejercer su derecho divino al libre albedrio, es decir, darse cuenta oportunamente, del desafío que implica vivir con la mente abierta.
La sociedad, en la que, en mi opinión, tenemos el privilegio de ser parte de ella, necesitamos reconocer que en nuestro coexistir comunitario, es preciso evolucionar, aprender, corregir e innovar, aplicar el conocimiento, ponerlo en práctica y dominar el arte de vivir para ser feliz, aprender y sobre todo, contribuir al proceso natural de evolución como especie, como partícula más del
universo.
Principio y final de nuestra especie es y será, juventud, origen y destino, causa y efecto, ideal y sueño, pesadillas y certezas, frustraciones y despertares animados por ilusiones y certezas, rebeldía, disposición, contribución e ímpetu. La rendición no es opción, persistir hasta conseguir, es nuestra vocación.
Bendita juventud, que refresca y anima mi existir. Déjame ver con claridad, el rumbo a seguir.