El 23 de julio de 2023 es una fecha que marca un antes y un después en la historia de la Ciudad de México y del país. En la avenida paseo de la Reforma se yergue la Joven de Amajac, símbolo de la resistencia de las mujeres indígenas y originarias.
El hecho es de gran trascendencia para el pueblo de México y el pueblo nuestroamericano, pues el que fuera en otro tiempo el “Paseo de la Emperatriz” y el sitio donde se ubicara el monumento a Colón, símbolos del sometimiento, saqueo y dominación colonial, ahora es el espacio geográfico que reconoce el valor, las luchas y la historia de los pueblos originarios y las mujeres que los han sostenido durante siglos.
La lucha de las mujeres, de las mujeres indígenas, de las mujeres afrodescendientes, aún no culmina, seguiremos alzando la voz hasta que sean reconocidos todos nuestros derechos y sean garantizadas todas nuestras libertades.
Es por ello que encontramos en la Joven de Amajac el símbolo que nos hermana en esta lucha, en esta transformación, en esta reivindicación de nuestros orígenes y la lucha contra el racismo, la deconstrucción del sistema colonial patriarcal occidental.
Aún tenemos por delante grandes desafíos, nos enfrentamos a un modelo social, político y económico que rechaza el respeto a nuestras identidades y que se niega a respetar nuestros espacios. No podemos dejar de plantarle cara a ese capitalismo voraz que expulsa de sus tierras a los pueblos originarios, que arrebata la propiedad intelectual de nuestras artesanías, que arrasa con los suelos sagrados y contamina el ambiente.
En la Joven de Amajac nos representamos las mujeres, pero también la Tierra, quienes a través de los siglos hemos padecido y también resistido la violencia, el ninguneo, la vejación y la explotación. Nos alzamos en contra del extractivismo, en contra de la incultura del uso y el desecho, nos alzamos en favor de la dignidad, del respeto, del reconocimiento.
Hoy, las mujeres de esta diversidad nuestroamericana, recuperamos uno de tantos espacios que nos fueron arrebatados. Sigamos luchando, sigamos caminando hombro con hombro, defendiendo nuestro origen y salvaguardando nuestras raíces, hasta que la dignidad se haga costumbre.