Martín Cruz
Nanchital, Ver.
Otro de los espacios en la vía pública que es utilizado como sanitario y escondite para enamorados, es el auditorio Francisco Balderas Gutiérrez, que se localiza en el corazón de la ciudad, cuya construcción quedó a medias desde hace más de tres años debido a la falta de recursos estatales.
A pesar de las gestiones insistentes del actual gobierno por concluir la obra, esta permanece en el abandono, ya que los recursos que se han invertido proceden del Gobierno del Estado; hace aproximadamente diez años se puso la primera piedra, a partir de ahí el proyecto cayó de un bache a otro, hasta que finalmente no pudo salir de su estancamiento.
Preocupados por esta situación, hace un año ciudadanos nanchitecos tenían planes con documento y firmas y con recursos propios de pedir al gobierno estatal el rescate de este espacio, sin embargo la petición no progresó y el edificio en obra negra continúa siendo un elefante blanco sin fecha para que se lleve a cabo su culminación.
Pero mientras se autoriza el recurso para concluir el proyecto que al principio fue un auditorio de usos múltiples, ahora el estacionamiento es aprovechado por empresas o comerciantes para vender productos, aunado a ello el inmueble sirve a los tianguistas en sábado para sujetar lonas y otras estructuras, asimismo es empleado como baño público por la gente que va de paso o bien como refugio para los enamorados que por las noches buscan un lugar idóneo para declararse su amor.
El auditorio “Chico” Balderas, nombrado así en homenaje al extinto líder sindical Francisco Balderas Gutiérrez, nació como un proyecto promisorio, un espacio digno para la presentación de los grupos artísticos, pero a más de diez años sigue siendo uno de los grandes pendientes como muchos otros del gobierno estatal.