- El venezolano José Luis González hizo una obra de arte que tuviera todos esos detalles que dan identidad al estado: los jarochos, la música, el faro que ilumina desde la Isla de Sacrificios, los cuales va puliendo poco a poco hasta que toman forma.
El Universal
XALAPA, Ver.
Originario de Venezuela, José Luis González no para en su andar por el mundo, plasmando su arte en el lugar menos pensado, trabajando con materiales que muchos calificarían como efímeros, cuando en realidad embellecen los espacios y quedan grabado en el recuerdo de miles.
González llegó a estas tierras jarochas con una sola idea, hacer un tributo a Veracruz, con una escultura de arena que tuviera todos esos detalles que dan identidad al estado: los jarochos, la música, el faro que ilumina desde la Isla de Sacrificios, entre otros, los cuales va puliendo poco a poco hasta que toman forma.
Es la primera vez que José Luis viene a Veracruz y está cautivado por su gente, su historia y sus tradiciones, mismas que ha ido capturando y ahora plasmando en esta escultura de arena, en la que trabaja aproximadamente cinco días, desde la elaboración del bloque, compuesto por cerca de ocho toneladas de arena y madera.
"Dejo parte de mí cuando trabajo, el trabajo físico es el bloque, ya el esculpir es mi manera de dejar parte de mí, una manera de expresar mis sentimientos hacia la gente, hacia la vida. Con el tiempo aprendí a desapegarme de mi trabajo, no transformó la materia para hacer una obra, el día que yo me voy, me llevo la satisfacción de que la playa volverá a ser igual, sólo quedará el recuerdo, también hago obras permanentes que hago en mi casa, obras personales, rostros, y figuras que tienen mucho significado para mí", narra.
Ha recorrido más de 32 países, en México ha realizado esculturas de arena en Puerto Vallarta, Mazatlán, Tabasco, Cancún, Playa del Carmen y Tulum, entre otros; de igual forma ha hecho y expuesto sus trabajos en Trinidad y Tobago, Barbados, Martinica, todo Sudamérica, Centroamérica y Europa.
Entre sus proyectos futuros, está el volver a Veracruz con la campaña "No más biberones electrónicos", con la finalidad de alejar a todos los niños de celulares o tabletas, y a través de talleres, enseñarles a realizar arte en la arena, con la ilusión de que un nuevo escultor esté ahí esperando ser descubierto.
Entre las obras más impresionantes que José Luis ha realizado en arena se encuentra la pirámide de Chichén Itzá con una altura de seis metros por 12 metros de base y la Última Cena que la hizo de 15 metros de largo por tres de altura.
Y concluye dejando un mensaje a todos los visitantes de playas: la playa no es un cenicero y no es un basurero, no contamines las playas, hay que dejarlas limpias y no contaminemos la arena.