AGENCIAS
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En los tiempos más adversos no hay nada mejor que recordar tus orígenes, tener humildad y volver a donde todo comenzó. Esa puede ser la mejor motivación para salir adelante.
En los últimos años, la vida de Raúl Jiménez dio un vuelco de 180 grados, se convirtió en uno de los delanteros más letales del mundo y deseado por los clubes más importantes. Pero actualmente está lejos de las canchas, su lugar favorito en el mundo, debido a una fractura de cráneo que sufrió a finales del año pasado y en la que incluso se pensó que no volvería a jugar de forma profesional. Eso poco a poco se ha diluido, la sonrisa de Raúl lo dice todo.
El máximo goleador del Wolverhampton de Inglaterra hoy hace memoria, desea recobrar fuerzas y tener una gran inspiración para su regreso en un futuro bastante cercano. “Desde niño tenía una obsesión: se llamaba futbol. Vivía en una casa con un buen jardín, en ese entonces me acuerdo que tenía mi uniforme de Jorge Campos. Recuerdo que salía con mis amigos a jugar a la calle, y llegaba todos días sudado a la casa. Toda mi vida fue siempre estar con una pelota», rememoró el mexicano en una entrevista producida por Goal.com y EA Sports.
«El lugar donde nací, donde inicie mi carrera como futbolista a los cinco años en la escuelita de Cruz Azul Hidalgo. Donde inicié donde siempre me ha gustado jugar», añadió en un video publicado en la cuenta oficial de los famosos videojuegos.
Jiménez actualmente entiende de responsabilidades y no se da por vencido por ninguna circunstancia. En los últimos meses probó las mieles de la felicidad absoluta al convertirse en padre por primera vez. Su pareja sentimental, además de su hija lo han ayudado a sacar fuerzas desde lo más profundo de su ser. El Lobo no se rinde y ya prepara próximos aullidos en su club.
«Ahora tengo una vida muy sólida con mi pareja e hija (Arya), y eso me llena de orgullo: saber que ellas están apoyándome para yo seguir dando el máximo», explicó.
Pero el canterano de las Águilas del América no olvida sus orígenes. En Tepeji del Río lo apoyan a la distancia, y eso es algo que hasta la fecha y por toda su carrera valorará al máximo.
«Siempre están ahí unidos en Tepeji, pese a que sea el partido a las 12 acá y allá sean las seis de la mañana, es algo muy bonito Yo creo que en todo México el futbol es el deporte que más se vive», manifestó.
SUS PADRES SON LOS MÁS ORGULLOSOS
El padre, Raúl Jiménez Vega, siempre imaginó que la pasión de su hijo algún día se convertiría en su eterna vocación. «Nació y a los 6 meses gateando, en lugar de usar sus juguetitos, como todo niño de aquel tiempo, yo a propósito le pasaba una pelota y él dejaba todo. Lo agarraba y de ahí fue un no parar con el futbol», expresó con emoción.
«Me lo llevaba a mis juegos y él gozaba. Un día dijo: «papá, yo quiero ser futbolista», recordó, al tiempo de mostrar un video inédito del ariete de 29 años con el uniforme de uno de sus ídolos: Jorge Campos.
Su madre es la mujer más orgullosa y reveló los gustos de Raúl cuando era apenas un pequeño, pero ya con el gusto del futbol. «A veces, si ven los encuentros, se equivoca y no se queda ahí estancado. Dice: ‘a darle la vuelta y a trabajar. Antes oía del Grandote de Cerro Azul, que era (Carlos) Hermosillo y al que mi hijo admira mucho. De pronto que ahora digan ‘el Lobo de Tepeji y saludos a Tepeji del Río, pues se siente bonito», confesó.