Agencias
Esto
La NFL quizá haya terminado su temporada regular, pero las 32 franquicias ya iniciaron su preparación para 2021. Algunas se reforzarán en la agencia libre, pero las más necesitadas de un mariscal de campo ya se saborean a los próximos prospectos que se presentarán en el Draft.
Si bien parece inminente la llegada de Trevor Lawrence a Jacksonville, se espera que por lo menos otros tres quarterbacks sean tomados en las primeras diez selecciones. El egresado de Clemson es considerado el jugador más preparado para la NFL desde Andrew Luck en 2012. Su atleticismo y precisión le dieron la titularidad en su universidad desde que llegó como novato. Con él al frente, lo Tigers se coronaron campeones nacionales en 2018.
La pelea por ser el segundo reclutado parece dividida entre Zach Wilson y Justin Fields. Este último aumentó notablemente sus bonos después de su actuación en el College Football Playoff, donde llevó a Ohio State hasta la final. Entre sus cualidades destacan la movilidad, la capacidad para reconocer la presión y el deshacerse rápido del ovoide.
Por su parte, Wilson arrancó el año sin reflectores, sin embargo, con sus actuaciones en Brigham Young se ganó su lugar en la primera ronda. Quizá BYU haya enfrentado a rivales de baja categoría, pero en la NFL hay ejemplos como Josh Allen (egresado de Wyoming), de que ese argumento tal vez deba quedar en segundo plano. Al pasador se le puede definir como playmaker. Un punto a su favor es la baja cantidad de entregas de balón. Sólo tuvo tres intercepciones en 2020.
Ligeramente más atrás viene Trey Lance, quizá el más enigmático de todos. Debido a la pandemia, North Dakota State únicamente jugó un partido en la reciente campaña ¿Qué lo vuelve tan cotizado? En 2019 lanzó para 28 anotaciones sin ninguna intercepción. Sólo un año estuvo como titular en el Bison, pero sus números colegiales son incluso mejores que los de Carson Wentz, quien salió del mismo programa.
Las dudas con él radican en los pocos partidos de experiencia y que su universidad pertenece a la FCS, es decir, la segunda división del futbol americano.
Mac Jones, campeón nacional con Alabama, ha levantado la polémica en los analistas. Algunos lo ven como un mariscal de campo listo para ser titular desde su día 1, pero otros consideran que su éxito se debió más que nada a lo bien cobijado que el entrenador Nick Saban lo tenía con receptores como DeVonta Smith (ganador del Trofeo Heisman), Jaylen Waddle y el corredor Najee Harris.
Lo cierto, es que con el ‘10’ en los controles el Crimson Tide logró el título de manera invicta y con un promedio de 48.5 puntos anotados por partido. Las proyecciones lo colocan como un jugador que podría ser tomado a finales de la primera ronda o inicios de la segunda.
Finalmente, de los pasadores con más renombre también sobresale Kyle Trask. El egresado de Florida tuvo una espectacular temporada que lo llevó a ser nominado para el Trofeo Heisman. Sus Gators fueron el equipo que más le peleo a Alabama, en el campeonato de la Conferencia SEC sucumbieron 52-46.
Sus bonos bajaron después de la derrota en el Cotton Bowl, donde lanzó para tres intercepciones, pero sin sus tres principales armas Kyle Pitts, Kadarius Toney y Trevon Grimes. Todos declinaron jugar el tazón para prepararse rumbo al próximo Draft.
En septiembre, durante el kickoff, habrá más caras nuevas de lo normal en la posición de quarterback.