Agencias
Esto
Pumas no encuentra el rumbo. Con la derrota ante el León, Andrés Lillini, estratega del equipo, y sus pupilos, tocaron fondo. Fue el mismo director técnico argentino el que aceptó su responsabilidad por el mal momento, pero le lanzó un dardo a los jugadores que no logran dar el ancho y que tendrían ser la primera línea de defensa al ponerle el pecho a las balas.
“Se la atribuyo a que hay jugadores que se tienen que hacer cargo de la situación y están bajos de nivel. Que el entrenador escoge mal a los que tienen que conformar el once ideal. Quizá estamos pasando un costo físico importante por no hacer pretemporada. Para llorar, hay que ir a otro lado. El invicto de CU se perdió, pero nunca pasó por mi cabeza. Me duele perder en casa porque era donde más fuertes éramos”, dijo.
Pese a que los resultados no los acompañan, más allá de que se nota una pequeña mejoría en los últimos dos encuentros, Lillini no siente su puesto en riesgo. Reconoció que la directiva siempre fue consciente de los riesgos que corrían al no reforzar el plantel y dejar ir a tres elementos titulares, por lo que el proyecto seguirá, incluso sin él en el banquillo.
“En ese sentido, sí. No tengo problemas en eso. Al contrario, el presidente, cuando tomó la decisión, sabía de los riesgos que se tomaban. Él nunca puso sobre la mesa nada, es alguien que piensa a largo plazo. Es un momento de transición y debemos acompañarlo de resultados. El trabajo este es de resultados. Todos vivimos y estamos acá si damos resultados. El proyecto es sólido, esté quien esté acá sentado”, mencionó.
En el tema cancha, Andrés dejó ver su molestia por sumar una derrota más. Lamentó más la caída ante el León porque trabajarán con más presión y el tiempo para enderezar el rumbo se agota, al menos para no ver lejana la posibilidad de competir por un lugar en la fiesta grande del balompié nacional.
“Mal, de las peores, porque todo se vuelve más complicado, se acorta y hay menos tiempo. Es difícil de asimilar, porque los recursos que tenemos no nos alcanzan. Desde la vista del entrenador, siempre cuesta analizar eso. Uno trata de elegir a los que mejor está para iniciar. Cuando eso no sale, me provoca una gran tristeza y preocupación. Teníamos y tenemos que salir de este inicio malo y no lo pudimos hacer. Por un error o por el otro, lo pagamos muy caro. Las explicaciones pasan a un segundo plano”, aceptó.
El técnico argentino también reconoció que sus jugadores se notan desesperados dentro del terreno de juego y con poca confianza, misma que es necesaria para tener personalidad ante el rival. Con autocrítica, señaló que la única forma de salir de la crisis en la que están es con trabajo durante la semana previa a su próximo cotejo.
“Sí, es confianza. Perdimos la confianza de tener el balón, de quererlo. Antes se tapaban muchas desatenciones o falencias con llegadas continuas. Ahora nos cuesta mucho trabajo llegar al área. Le dimos la vuelta a diferentes sistemas. El manejo del partido del León fue mejor que el de nosotros. El primer tiempo lo hicimos bien, pero el segundo nos costó mucho. Las circunstancias están dadas así. Cualquier error que tengamos, lo vamos a pagar caro.
El equipo tiene la actitud y el corazón que tenía. No tengo otra manera de darle vuelta a esto más que en la semana, en los entrenamientos. Las limitaciones que tenemos, mismas del año pasado, pero que ahora se notan más, las tenemos que enfrentar”, añadió.