Agencias
Esto
Guillermo Ochoa alzó la voz. El grito homofóbico no puede aparecer más cada que despeja un portero. El americanista lo ha sufrido en incontables ocasiones y pide a la afición un momento para reflexionar. Las consecuencias pueden ser graves, desde la disminución de puntos hasta no participar en próximos Mundiales.
«Ya estuvo, ya no es gracioso, esto puede traer consecuencias grandes que podemos pagar todos. Y luego la gente se va a estar quejando. Cada quien tendrá su forma de vivirlo, pero en México ya se llegó a un límite. No es exigirles, es invitarlos a reflexionar para que ya no lo hagan», expresó de forma tajante.
«Lo hemos intentado hacer con muchas campañas. Se ha platicado con la FIFA, no ha sido fácil convencerlos de la situación y de cómo lo menciona el mexicano. Lo más sencillo es ya no hacerlo», añadió.
Hirving Lozano inició la iniciativa. Si los aficionados dejan de gritar esa famosa palabra y la cambia por el «Eh, México», el atacante se comprometió a marcar muchos goles. Luis Romo lo siguió. El mediocampista de Cruz Azul lo hará con asistencias. Memo Ochoa no se quedó atrás. «Se sacó una campaña en que si la gente ya no grita, Chucky se compromete a hacer más goles, es algo bonito. Que griten México, que sean proactivos, somos buenos para la creatividad», aseveró.
El guardameta del Tricolor es consciente de la situación. El mexicano lo hace para molestar al contrincante, lo cual, ya no debe de pasar, al menos no con faltas de respeto.
«Nosotros sabemos la tonalidad con la que lo usamos. Decirlo de broma o cuando queremos joder a alguien. Esto no sorprende a nadie. El que lo hace en el estadio sabe la intención, no lo hace de buena onda, lo hace por chingar. Debemos tener esa tranquilidad y buscar ser ejemplo. Hay muchos niños detrás, debemos poner el ejemplo y hacer reflexionar a las futuras generaciones», pidió a través de los micrófonos de W Radio en el programa La Corneta.