Ha perdido gran extensión de áreas verdes debido a actividades ligadas a la ganadería y agricultura, alertó la docente del Centro de Investigaciones Tropicales de la UV, Citlali López Binnqüist.
AVC/Perla Sandoval
Xalapa, Ver.
Veracruz es el estado que más vegetación ha perdido a nivel nacional debido a la deforestación causada por actividades ligadas a la ganadería y agricultura, alertó la docente del Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana (UV) Citlali López Binnqüist.
Entrevistada previo al inicio del seminario "Ecología aplicada al manejo de los ecosistemas forestales", indicó que la región de Los Tuxtlas es la más afectada por la pérdida de áreas boscosas desde las décadas de los 70 y 80, que a su juicio no se ha podido recuperar.
"Vemos una gran problemática, en el estado de Veracruz vemos una gran deforestación y eso todos lo sabemos, aunque también vemos el interés de los productores en introducir árboles maderables dentro de sus parcelas".
Además, en el mismo caso se encuentra la zona de Xalapa y sus alrededores que si bien dijo que no se tratan de áreas de reserva natural también se enfrentan estos procesos de degradación.
"Lo que se está viviendo es una grave presión sobre las áreas naturales protegidas en las áreas que rodean a la ciudad, debido a los procesos de urbanización, deforestación, megaproyectos".
Asimismo, en las zonas indígenas también se enfrenta este problema debido a que las cabeceras municipales están creciendo y con ello ejercen presión sobre las áreas naturales en todo el estado.
Abundó que con este crecimiento de las zonas urbanas, los pobladores de áreas rurales dejan el cuidado de sus tierras y transitan a otro tipo de actividades que de momento les resultan más redituables y que con ello se hacen cambios de uso de suelo que conllevan a la deforestación de extensas áreas.
"Hay un movimiento migratorio de los pueblos aislados hacia las ciudades o cabeceras municipales y éstas empiezan a crecer y los estilos de vida empiezan a cambiar, ya no es gente que esté tan pendiente de sus recursos porque se dedican a otro tipo de oficios y los productores quedan aislados, lo que genera un proceso de cambio de uso de suelo".
Si bien la investigadora consideró que se han logrado avances en materia de políticas públicas dirigidas a la conservación, y los productores muestran interés en estas, también reconoció que no hay seguimiento de éstas debido a la falta de recursos económicos y humanos.
Los Tuxtlas, Veracruz: bosques convertidos en bisteces
En 1981, 62 por ciento de la cubierta vegetal natural de Veracruz (4,458,44 has.) ya había sido transformada: 49 por ciento para actividades agrícolas, 49 por ciento para ganadería y dos por ciento en selvas secundarias o tierras de barbecho. Para 2000, sólo 18 por ciento de la superficie total de Veracruz mantenía su vegetación original y apenas 8 por ciento no había sido perturbada.
Este deterioro ha sido ocasionado por distintos procesos económicos, principalmente por el desarrollo de la ganadería extensiva y de distintos cultivos comerciales. Durante los últimos 50 años se ha perdido la mayor parte de la cubierta forestal original y para 2007 sólo quedaba cerca del 9 por ciento y, en al menos, 10 por ciento del territorio existen problemas de pérdida de suelo en grado severo.
Un ejemplo documentado de la deforestación en Veracruz, es el caso de Los Tuxtlas. La primera estimación de la deforestación en esta zona señala que en la porción norte de la sierra, la selva se redujo en un 56 por ciento entre 1967 y 1986. Para ese año había desaparecido 84 por ciento de la vegetación original en el macizo del volcán San Martín Tuxtla. Si se extrapola la tasa de deforestación de 4.3 por ciento reportada por el estudio en ese periodo, hacia la década de 2020 sólo quedará 8.7 por ciento de la vegetación natural que existía en 1960.
En otra investigación se encontró que entre 1990 y 1993 aumentó la tasa de deforestación en la región alcanzando 9.4 por ciento anual, lo que se tradujo en la reducción de 50 por ciento de la superficie forestal que quedaba. De esta manera, para 1993 restaba solamente el 56 por ciento (54,281 ha) de la cubierta original que había sido reportada en 1972 y que correspondía al 21.7 por ciento de la superficie total de la sierra.
En la actualidad, la selva está fuertemente fragmentada: cerca del 90 por ciento de la vegetación natural desapareció en los pasados 30 años. Las selvas de la región aún están en riesgo debido al incremento de la presión humana sobre los recursos naturales, la pérdida de conocimientos locales acerca de la biodiversidad y su manejo y el debilitamiento de la cohesión social.
De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), a pesar de que han disminuido los impactos de los programas gubernamentales que promueven agricultura y ganadería, la deforestación continúa. De acuerdo con la Coordinación General de Producción y Productividad de esta dependencia, existen aún 3,260 ha con un índice de riesgo de deforestación de medio a muy alto.