14 de Julio de 2025

Violencia vicaria pega donde más duele

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Haideé es víctima de violencia vicaria, esa en la que tu pareja violenta a tu hijo solo para lastimarte. La primera vez ocurrió el 12 de enero de 2020 en el aeropuerto, enfrente de la gente; un detalle menor hizo estallar a Jaime y golpeó al menor, fue ahí que las alarmas se encendieron.

El Universal
PACHUCA, Hgo.

Haideé Franco dice que tiene clara una cosa, y es el derecho de no perdonar a su agresor, porque por él, ella y su hijo no están juntos: Haideé vive en Estados Unidos, a donde tuvo que huir para salvaguardar su vida, y su pequeño en Hidalgo, bajo el cuidado de sus abuelos, pero también donde vive su padre y su violentador.

Hace 15 años Haideé se casó con Jaime Richardsquien —recuerda— "tenía la pinta" de un gran ser humano, él profesa la fe cristiana y formaba parte del coro de alabanzas de su iglesia. Le parecía una persona confiable, con la que buscas formar una familia.

Sin embargo, el matrimonio estuvo marcado desde el inicio con agresiones y golpes que no sólo fueron para ella, sino que también alcanzaron al hijo de la pareja. La iglesia de Jaime intervino para pedirle a ella que "de todo corazón lo perdonara".

Haideé es víctima de violencia vicaria, esa en la que tu pareja violenta a tu hijo solo para lastimarte. La primera vez ocurrió el 12 de enero de 2020 en el aeropuerto, enfrente de la gente; un detalle menor hizo estallar a Jaime y golpeó al menor, fue ahí que las alarmas se encendieron.

Ella ya había aguantado golpes ya agresiones, pero el ataque a su hijo la hizo tomar fuerza y armarse de valor para dejarlo.

Ya separados hubo un segundo maltrato al menor. El 5 de marzo, el hombre lo golpeó de tal manera que dejó su mano marcada en el rostro del niño. Dedo por dedo en su mejilla.

"Le pregunte porque lo hacía y su respuesta fue, para darme donde más me dolía", relata Haideé a EL UNIVERSAL.

Desde entonces sostiene una lucha que ya lleva más dos años en que no sólo ha sufrido de violencia por parte de su pareja, sino también institucional, quizá la más grave, dice, por la indefensión en la que la ha dejado.

Una lucha en desventaja

Haideé señala como su violentador a Jaime Richards, quien es funcionario estatal en el C5i. Ella considera que por el cargo que él ejerce es que hubo una serie de irregularidades en su caso. Acusa que las instituciones no sólo han sido omisas, sino también parciales y revictimizantes.

Explica que sus denuncias fueron desestimadas porque, de acuerdo con los funcionario que vieron su caso, su perfil (tiene doctorado en educación y posición económica) "no cumplía con el estándar de una víctima de violencia".

El 18 de febrero de 2020 inició ante el Centro de Justicia para Mujeres la carpeta NUC-122020-02341 por el delito de violencia familiar, donde le aseguraron que la llamarían para realizar un peritaje, lo cual no sucedió.

En enero de 2021 acudió de nuevo y le informaron que su carpeta se había archivado, por lo que pidió la intervención del Cónsul de España para que se reabriera su carpeta, ya que ella tiene la doble nacionalidad, mexicana y española.

El 8 de marzo interpuso una nueva denuncia, esta vez por violencia familiar agravada, ante la Coordinación General de Atención a la Familia y a la Víctima (Cavid), por los golpes que recibió su hijo y derivado de ello el agresor fue vinculado a proceso. Sin embargo en esta carpeta el peritaje psicológico que se hizo al menor se perdió por siete meses.

Para Haideé las instituciones que la deberían de haber apoyado, le quedaron a deber en todos los sentidos, porque a lo largo de todo el proceso se ha suscitado una serie de anomalías; incluso, señala directamente al Tribunal de Justicia, a cargo de la entonces magistrada Janet Herrera Meneses, por entorpecer su caso en todos los sentidos.

También a la Procuraduría de Justicia, a través del médico legisla David Richards, hermano de su agresor y a quien responsabiliza de originar la "pérdida" del peritaje de su hijo. Así mismo, señala a la psicóloga Hilda Lorena Guerrero, de Servicios Periciales, por practicarle un mal peritaje psicológico.

Lamenta que la entonces activista y ahora directora del Instituto para las Mujeres, Bertha Miranda haya desestimado su caso, y ya como funcionaria se negará a atenderla.

La situación la obligó a huir a Estados Unidos y dejar a su hijo al cuidado de sus padres, en Hidalgo, porque el padre del menor no permitió que lo sacara del país. Pese a todo, Haideé sigue en la lucha para tener justicia.

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DESTACADO
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UNA LEY QUE NO SIRVE DE NADA


El 8 de marzo, el pleno del Congreso de Hidalgo aprobó la iniciativa presentada por la diputada priista Ericka Rodríguez para reconocer, dentro de los tipos de violencia establecidos en la ley de Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia para el Estado de Hidalgo, la violencia vicaria.
El mismo párrafo, que define la violencia vicaria, se incorporó tal cual al Código Penal estatal y a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
"Violencia vicaría: es el daño intencional físico o psicológico en contra de las hijas o hijos, o cualquier otra persona con un lazo familiar o afectivo, utilizándolas como instrumento para dañar a la mujer, cometido por la persona con quien ésta mantenga o haya mantenido una relación de pareja, parentesco por consanguinidad o afinidad o derivada de una relación de concubinato, noviazgo, matrimonio o de hecho, con o sin convivencia".
Ana Lara, abogada y activista de la organización Colectiva de Mujeres contra la Violencia, explica que la ley así como está resulta inconstitucional porque las leyes deben ser generales para hombres y para mujeres y no sólo para mujeres, y en el Código Penal de Hidalgo se especifica que aplica sólo a las mujeres, lo que genera inconstitucionalidad.
Resalta que con este error técnico de la norma, un abogado puede echar abajo un caso que se juzgue por violencia vicaria.
Explicó que en el caso de la Ley de Acceso a las Mujeres para una Vida Libre de Violencia, es correcto que se precise que es una ley dirigida a las mujeres
Dicha ley sólo es declarativa, es decir, no tiene ninguna punibilidad, por lo cual al querer aplicarse en un caso se tiene que referir al Código Penal, donde el texto debiera ser general, que aplique por igual a mujeres y hombres.
"Es algo que hemos peleado mucho, que nos den leyes operables. Los diputados no han terminado de aterrizar el tema y solo sueltan leyes que en la práctica no tienen ninguna funcionalidad y cuyos tipos penales ya existen en los códigos", expuso Ana Lara.
Resalta que en estos momentos la Ley Vicaria, tal como está, no sirve de nada.
Explicó que feministas ya trabajan con Arturo Zaldívar, ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, para corregir estos errores y pelear para que un hombre juzgado y sentenciado por violencia vicaria pierda la patria potestad de inmediato.
En tanto, las mujeres que sufren de este tipo de violencia continúan desprotegidas.


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