Hoy hablaremos de los años 80, época que marcó el precedente de cómo sería la diversión en el futuro.
El Universal
CIUDAD DE MÉXICO
Sin lugar a dudas, la manera en que los niños de hoy se entretienen ha cambiado respecto a la forma en que lo hacían nuestros padres o abuelos. Hoy hablaremos de los años 80, época que marcó el precedente de cómo sería la diversión en el futuro. Para ello, platicamos con Vanesa Sánchez de la Rosa, experta en temas de publicidad de décadas pasadas y de profesión arquitecta e ingeniera, quien se refirió a los cambios de la tecnología de los juguetes tradicionales y las consolas de videojuegos, algunos ya considerados clásicos.
Juguetes que llevaban al siglo XXI
La década de 1980 significó el punto medio entre la llegada de la tecnología a la vida de los más pequeños, a quienes impresionó con los primeros juguetes electrónicos y la aparición del mundo virtual en el entretenimiento.
A la par estaba la sobrevivencia de los juguetes tradicionales, que aún incentivan la creatividad sin mucho presupuesto, y que desde entonces fomentaban un entretenimiento accesible. Vanesa recuerda que entre los juguetes de antaño unos de los más recordados son los muñecos de Rainbow Brite. Aquella caricatura que se trasmitía por el Canal 5 hizo que muchos niños tuvieran la esperanza de poder tener a Twink, Starlite o a la mismísima Rainbow entre sus manos.
Un fenómeno similar ocurría con los Thundercats, de los cuales podríamos destacar la famosa espada del Augurio de León-O.
Las expresivas muñecas
Aunque es verdad que había juguetes con género indistinto y todos podían tenerlos, también había otros dirigidos a las niñas y niños, según fuera el caso. Nuestra entrevistada considera que este es el caso de las Cabbage Patch Kids, unas populares muñecas que se caracterizaban por sus grandes cabezas de vinilo y sus cuerpos blandos, cada una de estas figuras era única gracias a sus rasgos faciales y, en su momento, fueron el furor entre las niñas que anhelaban tenerlas.
Más adelante otro tipo de muñecas imitaban funciones básicas de un bebé real como llorar, chuparse el dedo e inclusive se podían alimentar. Lo mejor era el precio que iba desde los 50 hasta los 104 pesos.
Otros de los icónicos juguetes para las pequeñas fueron los Ositos Cariñositos, que tuvieron gran éxito en los 80 por sus llamativos colores, símbolos y nombres, dice Sánchez de la Rosa.
Los Cariñositos surgieron en Estados Unidos como personajes de tarjetas de regalo, y de ahí que cada uno simbolizaba la amistad, los cumpleaños o la alegría, por mencionar algunos.
Entre el abanico de productos para las niñas también estaban los juegos de té, las cocinitas de plástico, los trolls o las muñecas Barbie, las cuales no sólo vemos hasta hoy, sino que además escalaron en el entretenimiento.
En esta época también se creó una revista para niñas, en ella era común encontrar hasta recetas de cocina, patrones para realizar ropa y accesorios, así como varias manualidades.
Incluso se explicaba cómo redactar una carta para comunicarse de forma directa con Barbie o con otras lectoras al exterior de la República que buscaban conocer amigas para compartir gustos afines por medio de la escritura.
Con un lenguaje sencillo y apto para niñas, estas revistas marcaban sin querer una nueva forma de educar, incluir y formar hábitos.
Diversión dentro y fuera de casa
En el caso del mercado para niños había balones de futbol o las famosas avalanchas, que eran carros deslizadores de cuatro ruedas con un volante en la parte frontal y un freno de mano.
También estaban las bicicletas y los triciclos, en aquellos tiempos a precios irreales, desde los 90 pesos hasta los 210. Si querías tener el último modelo, a lo mucho pagabas 644 pesos.
El patín del diablo, que sigue vigente, también tuvo mucha demanda en los 80 y ya ha sido rediseñado. Ahora incluso es un medio de transporte en la Ciudad, a través de los scooters.
Otras opciones eran las pistas de carreras armables para iniciar tu propio torneo de Fórmula 1 o el billar y futbolito en casa.
No podíamos dejar atrás a las figuras de acción, que las había de todas formas y colores, pues no sólo representaban a los personajes más populares del momento en la TV mexicana.
Marcas como Playmobil, Roblock, Exinwest o Tente se encargaban de recrear las mejores escenas de acción para estas figuras, así fuera a través de escenarios irreales.
No era raro ver a los niños jugar con las Tortugas Ninja, Batman, los Thundercats y He-Man al mismo tiempo, en una misma aventura en el desierto, en un castillo, pues todo era posible.
Para el esparcimiento familiar estaban los famosos juegos “todo en uno”, esa caja en la cual podías encontrar un buen compendio de los que estaban de moda y otros un poco más de antaño como lo eran las damas chinas, el parchís, el juego de la oca, alquerque, nueve y backgammon, todos por la compra de uno solo y que permitía mayor convivencia familiar y entre amigos.
El atractivo mundo virtual
La llegada de los videojuegos también revolucionó el entretenimiento en mayor parte para los niños, pues al inicio casi todos estaban creados para ellos como el F1 Pole Position para jugar a las carreras con carritos virtuales de la Fórmula 1.
El Ghosts’n Goblins constaba de sacar a un gladiador de ultratumba a través de desafíos como saltar grandes alturas, atravesar ríos, calabozos y fantasmas. Aunque siempre había algunos que eran para todo tipo de público y rompían con los estereotipos de qué cosas eran para qué género, como era el caso del famoso Pac-Man, Zelda o el inolvidable Súper Mario Bros, que sigue vigente entre generaciones.
Donkey Kong fue otro de los primeros íconos culturales de Nintendo, basado en la película de King Kong. La mayoría de ellos alcanzaron su popularidad gracias a la oferta de productos como Atari 2600, una consola con control incluido que en un juego ofrecía una variedad de entretenimiento.
En sus inicios, como no todos podían tener consolas para poder jugarlos en su hogar, se distribuían a través de las maquinitas, nos comenta. Esos aparatos enormes se colocaban en tiendas y farmacias. En la actualidad estos juguetes aún permanecen en la memoria colectiva como parte de la cultura popular a través de videos, películas, souvenirs, actividades culturales y de ocio, además de nuevas versiones que han sido recreadas hoy en día.